Con un golpe de efecto que redibuja el mapa de capacidades balísticas en el norte de África, Argelia ha revelado la posesión del sistema de misiles balísticos ruso Iskander-E, la versión de exportación del Iskander-M, que dota a las Fuerzas Armadas rusas. Es la primera entrega de este sistema en el mundo árabe, un avance estratégico, revelado públicamente durante los preparativos del 70º aniversario de la Revolución argelina, que representa un salto cualitativo en las capacidades militares del país y plantea interrogantes sobre el equilibrio militar en la región.
El primer indicio de la presencia del Iskander en el Ejército argelino se produjo durante ejercicios realizados en 2020, donde se mostró un video del impacto de un misil durante maniobras rutinarias. Se cree que Argelia comenzó a recibir su primer sistema Iskander en 2017, aunque se desconoce el número exacto de sistemas y misiles.
Este sistema otorga a Argelia capacidades de disuasión estratégica sin precedentes. El Iskander con un alcance de 280 kilómetros en su versión de exportación, ofrece una precisión excepcional, inferior a 10 metros. Equipado con una ojiva convencional de 480 kilogramos, posee alta maniobrabilidad, lo que dificulta su interceptación por los sistemas de defensa aérea. Su movilidad también hace difícil su localización y por tanto su neutralización.
La imagen de los sistema de misiles balísticos ruso Iskander-E desfilando con el Ejército de Argelia se produce en un contexto regional tenso, especialmente con Marruecos, que recientemente adquirió el sistema estadounidense HIMARS, caracterizado por su flexibilidad táctica y alcance de 300 kilómetros con misiles ATACMS. Marruecos también cuenta con el sistema israelí PULS, con el misil Predator Hawk, un misil balístico táctico de 300 km de alcance, aunque con una ojiva menor que el ATACMS o el Iskander.
El Iskander-M ha sido desarrollado por la oficina de diseño de KBM, con sede en Kolomna, cerca de Moscú, subsidiaria del holding High-Precision Weapons (HPW).
La carga de municiones de Iskander incluye cinco tipos de misiles balísticos y dos tipos de misiles de crucero. Los primeros ganan rápidamente altura de varias decenas de kilómetros para caer sobre el objetivo casi verticalmente, mientras realizan maniobras. En la sección final del vuelo, su velocidad se acerca a la hipersónica. Todo esto dificulta que las ojivas sean interceptadas por los sistemas de defensa antimisiles. Los misiles de crucero se acercan al objetivo a una altitud extremadamente baja que impide su detección y destrucción por parte de los sistemas antiaéreos tradicionales. La combinación de dos tipos de municiones tan diferentes hace que la defensa contra las brigadas de Iskander sea una tarea prácticamente difícil.
A nivel geopolítico, esta carrera armamentista en el norte de África refleja la complejidad del panorama regional, particularmente desde la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Argelia y Marruecos en 2021. Aunque un conflicto directo entre los dos países sigue siendo improbable, esta escalada plantea preocupaciones legítimas sobre la estabilidad regional a largo plazo.
Los pronósticos indican que el gobierno argelino seguirá aumentando su gasto militar, con un presupuesto proyectado que superará los 25 mil millones de dólares en 2025, lo que demuestra el compromiso de Argelia de fortalecer sus capacidades defensivas frente a los crecientes desafíos regionales. Esta elección estratégica tiene como objetivo asegurar las fronteras y responder a las amenazas percibidas en una región donde las influencias internacionales, particularmente las de las grandes potencias, también son cada vez más marcadas. (Alex Ribeiro)