Este novedoso equipo, que estará conectado a otros de detección operados por el Mando del Norte de la Agencia de Defensa Antimisil (MDA, Missile Defense Agency) en sólo unos pocos meses, va a ser validado para conocer sus prestaciones reales, aunque ya en las pruebas iniciales ha demostrado ser especialmente efectivo y una aportación muy válida para cumplir su cometido. Este último es la detección de misiles balísticos en vuelo para discriminar aquellos que realmente suponen una amenaza hacia el territorio continental de los Estados Unidos y así favorecer que los misiles interceptores propios tengan una mayor letalidad en su cometido.
Sobresale en las capacidades del LRDR, situado en un emplazamiento fijo en Alaska, donde sus antenas planas inclinadas obtienen unas mejores prestaciones en su función de detección de muy largo alcance, el hecho que ha sido concebido para que ofrezca información precisa sobre lo que realmente son misiles hostiles o lo que son otros artificios -los señuelos por ejemplo- u objetos que son inocuos y también se mueven en el espacio.
Apuesta tecnológica del LRDR
Se han invertido nada menos que 1.500 millones de dólares en el LRDR y las instalaciones fijas que lo acogen, aunque ya hay solicitadas más partidas para ampliar algunas de sus prestaciones. Está asignado a la MDA y su ubicación es en la Estación de Fuerzas Espaciales de Clear en Alaska.
Sobre el equipo en cuestión, que ha sido desarrollado y construido por la compañía Lockheed Martin, señalar que opera en banda S. Además de su función principal, que es la de distinguir entre objetivos reales y señuelos, el radar LRDR cubre otras secundarias de las que ha trascendido que podría vigilar el espacio para localizar satélites y elementos orbitando que puedan suponer una amenaza.
Nada se sabe de su capacidad para hacer frente a las armas hipersónicas que ha ido surgiendo en los últimos meses en China y Rusia, se supone que su configuración y tecnologías las habrán tenido en cuenta, seguramente aquellos que lo operan en Alaska sí tienen claro ese potencial. (Octavio Díez Cámara)