El Departamento de Estado de EEUU ha anunciado un gran acuerdo para renovar la ayuda militar a Israel en forma de un nuevo Memorando de Entendimiento (MOU) que se extenderá diez años, desde 2019 hasta 2028. El acuerdo, que alcanza los 38.000 millones de dólares, supone el mayor programa de asistencia militar firmado hasta la fecha por Estados Unidos. Será suscrito en la sede del Departamento de Estado estadounidense en Washington.
El acuerdo es el resultado de diez meses de negociaciones y se ha tenido que sobreponer a la mala relación personal existente entre el presidente Obama y el primer ministro Netanyahu. De hecho está previsto que la firma la realicen representantes de ambos gobiernos pero no los dos mandatarios, previsiblemente por Yaakov Nagel en nombre del Consejo de Seguridad Nacional de Israel y Susan Rice, la consejera de Seguridad Nacional, por parte estadounidense. Aun así el gobierno israelí ha conseguido el acuerdo antes de que Barack Obama finalice su mandato el próximo mes de enero, ante la incertidumbre sobre el próximo residente de la Casa Blanca.
Este acuerdo asegura el suministro de fondos para asistencia militar a un ritmo de 3.800 millones de dólares anuales a Israel, su principal socio en Oriente Medio, que verá garantizada su supremacía tecnológica militar en un entorno tradicionalmente hostil. Aunque la cifra supera los 3.100 millones anuales que recibe ahora Israel, el gobierno de este país tenía por objetivo una cifra superior, que alcanzaba los 4.500 millones de dólares anuales.
Tres matices de importancia
Sin embargo, lejos de las primeras cifras, este acuerdo tiene tres características importantes en las que merece la pena detenerse. Una es que este nuevo acuerdo verá reducida la cantidad de dinero estadounidense que puede ser empleado en comprar equipo militar de fabricación israelí. Los programas de ayuda militar como este contemplan que el dinero se destine a la adquisición de sistemas de fabricación estadounidense. Incluso se da la circunstancia de que empresas israelíes llegan a acuerdos de fabricación con otras estadounidenses para que los productos sean total o parcialmente fabricados en Israel y puedan ser financiados con estos fondos. Hasta ahora Israel podía destinar el 26,3 % de estos fondos a compras nacionales pero a partir de ahora solo podrá adquirir sistemas de fabricación israelí los primeros seis años del MOU. Esta excepción tenía su origen en los programas de ayuda de inicio de los ochenta, cuando se intentó fomentar el desarrollo de una industria de defensa en Israel, sin embargo hace años que las empresas de defensa de Israel son actores globales que compiten asiduamente con las estadounidenses.
La segunda es que se ha incluido un anexo según el cual Israel se compromete a no solicitar fondos adicionales durante estos diez años ni presionar al Congreso estadounidense para obtener nuevos recursos. En cualquier caso sí que está contemplado que en caso de guerra o situación excepcional puedan destinarse fondos adicionales.
La tercera es que uno de los principales programas de colaboración entre Israel y Estados Unidos como era el de la defensa antimisiles de Israel se integrará en el nuevo MOU. Hasta ahora este programa recibía fondos aparte de los contemplados en el MOU. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Barack Obama y Benjamin Netanyahu en el despacho oval en 2009 (Whitehouse.gov)