(defensa.com) La Casa Blanca decidió retrasar el envío de 4 cazas F-16 a Egipto, parte de la ayuda militar estadounidense al país árabe, por su actual situación. La orden ha sido cursada por el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que decide en última instancia, y bajo las órdenes del presidente Barack Obama, sobre las ventas de armas a otros países. Pese a que desde Washington se intenta minimizar el alcance de la decisión, lo cierto es que ésta es un boquete en las relaciones entre los dos países, algo muy poco habitual, si se tiene en cuenta que Egipto es el mayor aliado de Estados en Oriente Medio desde hace casi 40 años. Fue después de la Guerra del Yom Kippur, en 1973, cuando el entonces presidente egipcio, Anuar el Sadat, decidió alejarse de la Unión Soviética y emprender un acercamiento hacia Estados Unidos.
El primer resultado de esa nueva alianza fue la firma de los acuerdos de paz entre Egipto e Israel de 1978 en Camp David, residencia campestre de los presidentes norteamericanos, bajo los auspicios del entonces inquilino de la Casa Blanca, el demócrata Jimmy Carter. El envío de estos 4 aviones se discutía desde el derrocamiento, el 3 de julio pasado, del presidente Mohamed Mursi por las Fuerzas Armadas egipcias, que han promovido la formación de un nuevo Gobierno sin los Hermanos Musulmanes. Si el proceso se considerara formalmente por Washington como un golpe de Estado, la legislación obligaría a suspender la ayuda al país árabe.Los 4 F-16 que debían enviarse a Egipto forman parte de un paquete de ayuda militar por valor de 1.300 millones de dólares aprobada en 2010, que incluía 20 cazas y carros de combate Abrams. Por el momento, ni el Pentágono, ni el Departamento de Estado, ni la Casa Blanca se han pronunciado sobre una suspensión de la ayuda a Egipto. El Pentágono tampoco ha decidido, por el momento, cancelar las maniobras militares bianuales conjuntas con las Fuerzas Armadas egipcias conocidas como Bright Star, previstas para final de año.