Estos últimos, que corresponden con la designación de misil conjunto aire-superficie de lanzamiento lejano y largo alcance (Joint Air-to-Surface Standoff Missile, Extended Range), son misiles de crucero optimizados, por sus formas furtivas, velocidad y detalles, para moverse con gran discreción y alcanzar objetivos en superficie situados a distancias de hasta 1.000 kilómetros del punto de lanzamiento.
Originalmente, se pensó que serían el arma prioritaria asignada a los bombarderos B-1 Lancer de la USAF. Podría ser que retrasos en la concreción del futuro B-21 Raider hallan llevado a la USAF a variar sus previsiones anteriores.
Northrop Grumman, que es el fabricante del B-2 Spirit, ha revelado recientemente que ha estado trabajando en varias mejoras que afectarían a esa plataforma furtiva y que incluirían un nuevo radar para designación de objetivos, la capacidad de operar con bombas nucleares compactas B61-12 y el que se le haya instalado equipo de comunicaciones que trabaja en un modo criptográfico especialmente difícil de interferir.
Otras capacidades
Junto a esas mejoras, que podrían hacer que los B-2 Spirit de la USAF puedan seguir volando hasta mediados o finales de la próxima década, se está avanzando en otra que es la que nos ocupa en este comentario. Se trata de la integración del misil AGM-158B JASSM-ER, una capacidad que no se había previsto inicialmente y que dará al bombardero furtivo un potencial muy característico al poder penetrar discretamente espacios aéreos muy protegidos y lanzar sus armas que, con el mismo concepto de discreción, se dirigirán a sus múltiples objetivos.
Para avanzar en ese objetivo, Northrop Grumman ha informado que ya se han realizado varios lanzamientos del misil señalado desde el B-2 Spirit, comprobando así la idoneidad del trabajo conjunto de ambos sistemas de armas. Las primeras pruebas, que se han ocultado hasta ahora, se realizaron en diciembre de 2021 y suponen un punto de inflexión para que la flota de B-2 obtenga la capacidad operacional inicial operando con los misiles AGM-158B JASSM-ER.
Este último, gracias a un turbopropulsor más eficiente y a que cuenta con más combustible, es capaz de rangos de unas 600 millas, más del doble que la variante de rango normal del JAASM. El B-2 Spirit de la USAF podrá llevar 16 de ellos en sus bodegas y realizar cometidos de penetración de largo alcance sobre cualquier país de interés. En su nota de prensa, Northrop Grummand destaca que con el AGM-158B JASSM-ER el B-2 tendrá capacidad de alcanzar cualquier objetivo en cualquier punto del globo; por cierto, se están introduciendo versiones del misil como la JASSM-XR de alcance extremo, la AGM-158D con un enlace cifrado que permitirá variar el objetivo mientras el misil vuela hacia el inicialmente señalado o la AGM-158B-3 transformado para operar en entornos con GPS degradado e intensas interferencias electrónicas. (Octavio Díez Cámara)