EEUU ha logrado completar con éxito por vez primera el lanzamiento de un avión no tripulado desde la cubierta de un portaaviones. Se trata del UCAS (sistema no tripulado de combate) X-47B,del fabricante norteamericano Northrop Grumman, que despegó desde la cubierta del USS “George HW Bush” (CVN-77), de la clase Nimitz, en la costa de Virginia. Tras efectuar un vuelo de 65 minutos, la aeronave aterrizó en la pista de tierra de la base aérea de Patuxent River, en Maryland. La Armada de EEUU espera que sea a finales de verano cuando se pase a la fase de aterrizaje en portaaviones. El X-47B, que forma parte del programa UCAS-D (Unmanned Combat Air System Demonstration) de la US Navy, efectuó su primer vuelo el 4 de febrero de 2011, en diciembre de 2012 comenzaron las pruebas de despegue del avión en portaaviones.
Con una peculiar forma angulosa, propia de los aviones stealth, tecnología furtiva para ofrecer el menor eco de radar posible, su alcance es de unos 4.000 kilómetros. Las primeras estimaciones confirman que el X-47B tiene capacidad para transportar hasta 2.000 kilos de armamento a una altura de hasta 10.000 metros, además de ser mucho más sigiloso que los que se encuentran operando actualmente en Oriente Medio. Se trata, además, de una aeronave no tripulada relativamente pequeña en comparación con otros aviones de ala fija embarcados. Mide11,63 metros de largo, su envergadura es de 18,92 metros (9,41 con las alas plegadas) y tiene una altura de 3,1 metros, estando propulsado por un solo un motor a reacción, un turbofan Pratt & Whitney F100-220U.
Según informó la Armada a través de un comunicado en su página web, el comandante de las fuerzas aeronavales norteamericanas, David Buss, calificó el despegue del UAV como un “hito” de la Aviación Naval, ciento tres años después de iniciada la existencia de la “aeronáutica naval y el primer despegue de un avión desde el crucero “USS Birmingham”, llegó la hora de que un avión no tripulado despegara desde un buque”. Para Buss este momento significa “una pequeña, pero significativa parte del futuro de nuestra Armada, al comenzar con la integración de los sistemas no tripulados en uno de los escenarios de guerra más complejos que existen ahora mismo: el vuelo desde una cubierta de un portaaviones de propulsión nuclear”. (Javier Martínez)