En el ciclo de la escalada de tensión entre Estados Unidos y Rusia, tras la crisis que afecta a Ucrania desde 2014 y la intervención de Occidente y sobre todo de Moscú que ocupó el territorio de Crimea y posibilitó la independencia de los territorios de Donetsk y Lugansk, ha entrado de lleno los términos de aplicación del tratado.
Así, durante 2017 Rusia, que autoriza a volar 5.500 kilómetros sobre su territorio, anunciaba la limitación de dicha cifra a los aparatos de los países de la OTAN a solo 500 kilómetros de distancia en el territorio del Oblast de Kaliningrado, que se asienta entre Polonia y Lituania, en pleno corazón de las naciones de la Alianza Atlántica. Según recogían los medios oficiales de Moscú, el viceministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Ryabkov: “Rusia está muy decepcionada por cómo Estados Unidos estaba interpretando aplicación del tratado”, en el caso del Oblast.
El DoD (Departament of Defense) de los Estados Unidos, respondió a la decisión de Rusia de introducir restricciones al tratado, según publicó el periódico The Wall Street Journal en septiembre, prohibiendo volar a los aparatos rusos asignados al Open Skies sobre los Estados de Alaska y Hawái y limitando también la distancia a recorrer.
El siguiente paso lo acaba de dar Moscú, que introducirá ciertas restricciones (de nuevo) a las misiones de Estados Unidos en el marco del tratado Open Skies a partir del 1 de enero de 2018, según declaró la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova. En concreto los rusos limitan las bases de actuación a los aparatos que utiliza Estados Unidos para la misión, dos Boeing OC-135B Open Skies, de los que ya hablamos en defensa.com, lo que limita mucho la capacidad de las operaciones, dado el inmenso tamaño de la Federación.
De continuar la espiral de limitaciones cabria el riesgo de acabar con la aplicación del tratado, que es un magnifico instrumento para asegurar la confianza mutua, y asegurar las relaciones entre los antaño contendientes de la Guerra Fría, que cada día parece más cerca de reeditarse. (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: Uno de los OC-135B que utiliza Estados Unidos para aplicar el tratado “Open Skies”, aterrizando en la Base Aérea de Torrejón (Madrid). Foto: Julio Maíz/defensa.com.