El Embraer 190 de Amaszonas se dirigía al aeropuerto principal de las islas Malvinas, o Falklands, a pacientes locales egresados del Hospital Británico de Montevideo y se planteaba trasladar a la capital uruguaya a varios tripulantes ( unos 25 inclusive, y principalmente hispanos) de algunos buques pesqueros destacados en el extremo sur sudamericano, cuya actividad Argentina no reconoce.
Estos marinos retornaban casi inmediatamente a su arribo a Carrasco en vuelos de empresas a sus lugares de origen. Conectar vuelos comerciales de otra forma presenta actualmente grandes dificultades, ya que tras la pandemia la empresa Latam dejó de volar quincenalmente a las Malvinas desde Punta Arenas.
La Cancillería observó que los buques pesqueros de referencia eran el Loitador (IMO 8512700), de bandera española, y el Argos Froyanes (IMO 9249398), con bandera de Santa Elena, siendo barcos que operan en aguas circundantes a las Islas Malvinas y Georgias del Sur, en momentos en que se produce una nueva escalada de la diplomacia argentina sobre el gobierno del Reino Unido acerca de las islas y una similar en Uruguay, cuestionando y prometiendo dificultar las disposiciones del gobierno uruguayo de facilitar la residencia local de ciudadanos argentinos temerosos de la inestabilidad financiera que se vive en sus fronteras nacionales.
El embajador argentino en Uruguay, Alberto Iribarne, por su parte, ha formulado declaraciones reiterando la posibilidad de dificultar la llegada de sus connacionales con fines residenciales, al tiempo que ha recomendado claramente (al igual que su canciller) que el gobierno uruguayo adquiera algunas unidades de la aeronave de combate Pampa III NG (nunca exportada), lo que parece no haber sido de recibo a nivel local, en momentos en que Argentina parece dar un giro bolivariano en diversas materias, inclusive en sus nexos y opciones con respecto a la comunidad internacional. (Javier Bonilla)
