El primer portaaviones de la marina surcoreana se parecerá mucho a los navíos de asalto de clase “América” de la US Navy, aunque no estará dotado de capacidad anfibia, ya que su principal rol será el de portaviones ligero para operar con cazabombarderos F-35B.
La información se obtiene de las imágenes digitales de la presentación de la planificación de los futuros medios de defensa naval, plasmados en el libro azul que acaba de publicar el Ministerio de Defensa de Corea del Sur.
Este nuevo plan de defensa, que comprende el periodo 2021-2025, incluye la construcción del citado portaaviones ligero con cubierta de vuelo continua designado de momento como LPX-II. El buque, sería una variante mayor del portahelicópteros Clase “Dokdo”, tiene una cubierta rectangular, dos ascensores, una larga isla con dos chimeneas integradas y mástiles parcialmente integrados que podrían ayudar a reducir su firma de radar. Aunque dados los criterios de seguridad, en el ambiente regional hostil propiciado por Corea del Norte y el expansionismo chino, apenas se han desvelado datos del proyecto más allá de las imagen que acompaña la noticia.
Será la rama de astilleros de la multinacional surcoreana Hyundai Heavy Industries (HHI) quién construirá el navío, ya que en octubre de 2019 se le otorgó el contrato para realizar el diseño del LPX-II. El plan sería encargar el primero en 2021, que estaría entregado y en servicio en 2030.
El LPX-II desplazaría alrededor de 30.000 toneladas (unas 40.000 a plena carga), lo que la hace dos veces más grande por tonelaje que los citados “Dokdo” y ligeramente más pequeña que los nuevos navíos anfibios de la US Navy LHA (Landing Helicopter Assault) de la clase “América”. El nuevo navío coreano no es un navío anfibio, ya que carecerá del característico muelle seco de popa, como tienen los LHA o el LHD (Landing Helicopter Dock) “Juan Carlos I” de la Armada española.
Las dos grandes chimeneas apuntan a un gran aumento de la potencia de su propulsión del LPH-II en relación con los dos “Dokdo” con su propulsión diésel de 32.000 caballos de potencia. Cabe destacar, que según el diseño presentado, el portaaviones surcoreano carecerá de catapultas y de rampa de proa o skyjump como el que lleva el “Juan Carlos I”, lo que significa que sus aviones de combate F-35B, que llevará embarcados, sólo pueden despegar forzando su capacidad de despegue corto o STOVL (Short Take-Off and Vertical Landing). Este método de lanzamiento tiene implicaciones para la carga útil de los cazas y, por lo tanto, para su alcance efectivo.
En julio, Seúl anunció que comprará al menos 20 cazabombardero de características furtivas o stealth Lockheed Martin F-35B, con los que podría mantener una fuerza operativa de una docena, que conformarían el ala embarcada del nuevo LPX-II, que se complementaría con helicópteros.
(Julio Maíz Sanz)
Foto: Imagen digital del futuro LPX-II. (foto Ministerio de Defensa de Corea del Sur).