En fechas recientes se daba al traste la importante operación de venta de aviones de combate F35 y aeronaves no tripuladas MQ-9 Reaper estadounidenses a Emiratos Árabes Unidos. Esta operación, confirmada en agosto del año pasado, fraguada tras los acuerdos de paz del 13 de agosto entre Israel y Emiratos Árabes Unidos, y auspiciada por Washington, estaba valorada en 23.370 millones de dólares e incluía la venta de 50 aviones de combate F-35A de Lockheed Martin.
A pesar de que la operación se confirmó en noviembre del año pasado, desde entonces no ha habido noticias y si varias situaciones protagonizadas por Emiratos Árabes Unidos que habrían propiciado la cancelación de la venta de los F-35A en favor de los Rafale franceses por valor de 19.000 millones de dólares.
En primer lugar, el acuerdo AUKUS entre Australia, Estados Unidos y Reino Unido que suponía la cancelación del contrato firmado por Francia con Australia en 2016 para la construcción de doce submarinos de propulsión convencional valorados en 66.000 millones de dólares en favor de sumergibles de propulsión nuclear de diseño y construcción “anglosajona”. Fue una situación tachada de muy grave por el Gobierno francés que protestó al más alto nivel y que habría contribuido a la oferta de Rafales a Emiratos.
Por otra parte, desde la firma del contrato para suministrar los F-35A a Emiratos, Estados Unidos ha estado presionando para que este cancele los acuerdos que tiene en marcha con China, precisamente su principal socio comercial. Más allá de datos cuantitativos, interesa a Washington la creciente presencia tecnológica china en Emiratos, tras la firma de acuerdos gubernamentales y con empresas como Huawei.
Washington solicitó cancelar el acuerdo con Huawei antes de que los Lightning II llegaran a Emiratos, en 2026 o 2027 y además pidió que cesara la construcción de una instalación china en Abu Dhabi que para Estados Unidos tiene fines militares, algo a lo que Emiratos en principio accedió.
Sin embargo Emiratos ha trasladado un claro mensaje a través de los principales medios de comunicación estadounidenses y de las agencias de noticias, informando sin citar nombres, pero dando carácter oficial a unas declaraciones según las cuales se había informado a Estados Unidos de la suspensión de las negociaciones para la compra del avión de combate (nada se ha dicho de los UAVs).
Según el medio, las fuentes emiratíes hablan de “requerimientos técnicos, restricciones operacionales soberanas y análisis coste-beneficio” como causas de esta decisión. A pesar de ello también se ha trasladado el mensaje de que Estados Unidos sigue siendo el principal proveedor de sistemas de defensa, no descartándose la posibilidad de retomar las negociaciones en el futuro…”
El Departamento de Estado por su parte ha reconocido que en las relaciones con Emiratos Árabes Unidos tienen más peso los factores estratégicos que en la mera venta de armas, recordando de paso que las restricciones de uso a las que se refería el cliente son “habituales” en la venta de sistemas de armas.
En cualquier caso hay también que recodar que otro acuerdo comercial bastante más avanzado con el F-35A de fondo se fue también al traste, caso de Turquía, que siguió adelante con la compra del sistema de defensa antiaérea S400 ruso lo que supuso que Estados Unidos lo expulsara del programa Joint Strike Fighter. Precisamente Grecia, tradicional rival de Turquía, también anunció la compra de los F-35A, operación en marcha ya a comienzos del año pasado. (José Mª Navarro García)
Fotografía: F35A realizando un lanzamiento de misil Sidewinder en posición invertida (Lockheed Martin)