“Iberoamérica ha constituido siempre una prioridad para la política exterior de España. Los lazos humanos, históricos, sociales, culturales, políticos, económicos y lingüísticos han hecho de Iberoamérica una constante en la política exterior de los Gobiernos españoles. España desempeña un papel esencial en el diseño de la política de la Unión Europea (UE) hacia América Latina y el Caribe. El papel de España en Iberoamérica se ve, además, reforzado por nuestra participación en diversos organismos multilaterales iberoamericanos en calidad de observadores. Este es el caso de la Organización de Estados Americanos (OEA), desde febrero de 1972”.
Hemos tomado prestadas estas líneas de la web del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, pues encuadran el contenido de este artículo y le cuadran como cabal y oportuno preámbulo. En este marco, expondremos en forma de breve reseña la historia, estructura y funciones de la Junta Interamericana de Defensa (JID), daremos cuenta de los pormenores de la visita que una delegación de este organismo giró a España y remataremos con una entrevista al jefe de dicha delegación. La JID se gestó en los años cuarenta del pasado siglo en un contexto, la II Guerra Mundial, en el que, por razones obvias, la preocupación por la seguridad y defensa transcendía los enfoques meramente nacionales.
El impulso final llegó en Rio de Janeiro (Brasil), en el seno de la 3ª Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Panamericana, que, mediante la Resolución XXXIX, del 28 de enero de 1942, dio carta de naturaleza a este organismo. La JID estableció su sede en Washington DC (Estados Unidos), celebrando su sesión inaugural el 30 de marzo de ese mismo año. Posteriormente, en 1948, la Unión Panamericana se transformó en Organización de Estados Americanos (OEA), quedando la JID adscrita a este nuevo organismo (imagen 1) como elemento especializado en materia de seguridad y defensa del hemisferio occidental. Actualmente la JID cuenta con 23 estados miembros (imagen 2) y un grupo de observadores compuesto por 8 países –China, Dinamarca, España, Francia, Holanda, Italia, Portugal y Reino Unido– y una Organización Internacional, la UE (mapa 1).
Uno de los últimos cursos de desminado humanitario celebrado en Colombia bajo el patrocinio de la JID.
Tras numerosas vicisitudes y algunos cambios en su organización y funciones, en marzo de 2006 la Asamblea General de la OEA, aprobó el Estatuto de la JID (Resolución AG/RES.1 XXXII-E/06). Según establece el meritado Estatuto (Artículo 2), su propósito es prestar a la OEA y a sus estados miembros servicios de asesoramiento técnico, consultivo y educativo sobre temas relacionados con asuntos militares y de defensa. Los elementos básicos de su estructura también aparecen en el Estatuto (Artículo 9), que contempla tres pilares orgánicos: el Consejo de Delegados (deliberación y decisión), la Secretaría (dirección y gestión) y el Colegio Interamericano de Defensa (docente y de investigación). En otra de las disposiciones estatutarias (Artículo 3) se establecen las funciones que tiene encomendadas en el desarrollo y cumplimiento de su propósito.
En primer lugar, y con carácter general, tiene la función de prestar servicios de asesoramiento técnico, consultivo y educativo en temas relacionados con asuntos militares y de defensa. Esta competencia genérica es objeto de una mayor concreción focalizada sobre determinados asuntos: acción integral contra las minas; manejo, aseguramiento y destrucción de arsenales de armas; actividades de auxilio y asistencia humanitaria en casos de desastre; acciones de búsqueda y rescate; doctrinas y políticas de defensa nacional (libros blancos), así como todos aquellos que pudieran caer en su ámbito de competencia. Entre las funciones también figura la de promover la interrelación y cooperación entre funcionarios civiles y oficiales militares de alto rango de los estados miembros de la OEA.
Ofrece a oficiales militares y funcionarios civiles cursos académicos avanzados en temas relacionados con asuntos militares y de defensa en el Colegio Interamericano de Defensa). También diremos que la JID tiene competencia para asesorar a los estados miembros de la OEA sobre medidas de transparencia y fomento de la confianza y la seguridad, asumiendo la responsabilidad de mantener bases de datos e inventarios actualizados sobre el tema. Para dar cierre al tema funcional, citaremos el muy importante cometido de promover la interacción y cooperación con otros organismos regionales y mundiales de naturaleza similar en relación a cuestiones técnicas referentes a asuntos militares y de defensa, que justifica, dando sentido y contenido, iniciativas como la visita que una delegación de la Junta Interamericana de Defensa – con el presidente del Consejo de Delegados a la cabeza – realizó a España el pasado mes de junio.
La seguridad marítima es una de las preocupaciones principales de un Continente situado entre 2 océanos.
La Junta Interamericana de Defensa en España
España fomentará la unión y la estabilidad en América Latina a través de la acción bilateral, los foros regionales y las cumbres iberoamericanas. Además, redoblará sus esfuerzos para servir de puente de entendimiento y colaboración con la UE y fomentar la colaboración en la gestión de crisis que afectan a todos. España también se esforzará en mantener su privilegiada relación con América Latina sobre la base de una cooperación reforzada y una relación más estrecha en el ámbito de la defensa, especialmente a través de la cooperación en operaciones de apoyo a la paz, en el nivel bilateral y regional. Estas líneas, extraídas de la vigente Estrategia de Seguridad Nacional, nos sirven para introducir y contextualizar la visita que el pasado mes de junio giró una delegación de la JID a España.
Esta iniciativa no es un hecho casual y tiene su porque aquí y ahora. España, por razones históricas y culturales está llamada a ser un interlocutor privilegiado en el hemisferio occidental, muy en particular con los países iberoamericanos. Además, el momento se presenta oportuno y la coyuntura exige proactividad suma. La proactividad coyuntural resulta obligada por mor de la actual situación geopolítica, donde el eterno debate de la polaridad frente a la multilateralidad se funde y confunde con la también eterna y competitiva pugna por ganar –o como mínimo no perder– esferas de influencia. Por otra parte, la oportunidad no puede ser mejor, pues, durante el segundo semestre de este año, nuestro país ostenta –por quinta vez en su historia– la presidencia del Consejo de la UE. Con tal motivo, España ha establecido 4 prioridades para el ejercicio de esta presidencia.
La primera de ellas, que contempla garantizar la autonomía estratégica de la UE, hace mención expresa y exclusiva a la ampliación y diversificación de relaciones con la CELAC (Comunidad de Estados Latino Americanos y Caribeños). Esta prioridad, con su particular referencia a la CELAC, es de aplastante lógica pues se trata de un área geográfica donde Europa en general, y España en particular. goza, por razones geográficas e históricas, de buenas condiciones para consolidar y fomentar los lazos de amistad y cooperación. Sin embargo, no debemos olvidar ni obviar que hay otros actores importantes que ambicionan ampliar sus esferas de influencia hacia esta región. En los últimos tiempos se viene constatando como estas potencias dan firmes pasos en este sentido a través de herramientas económicas y políticas. Piénsese en la constitución y, sobre todo, en la ampliación del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
Junta Interamericana de Defensa: relación de Estados miembros.
Por todo ello, en la actual y muy compleja coyuntura geoestratégica, la inacción no puede ser una opción. En este contexto, y no por casualidad, el vicealmirante Alexandre Rabello de Faria, presidente del Consejo de Delegados, junto a una delegación de expertos, se trasladó a España entre los días 5 y 9 de junio. Durante la visita se certificaron las excelentes relaciones que la JID mantiene con nuestro país y –empleando el lenguaje de la mar– se aprovechó la ocasión para no dejar ningún cabo suelto, de tal forma que esta amistad se mantenga y crezca explorando nuevos espacios y formas de cooperación. En los diversos encuentros, los representantes de la JID y del Ministerio de Defensa, abordaron materias en las que la colaboración ya venía siendo tradicional y, en general, muy fructífera por tener las Fuerzas Armadas españolas una notable experiencia y cierto prestigio por su enfoque y progresos.
Se celebraron diversas reuniones al objeto de estudiar iniciativas y considerar opciones (intercambio de información; participación en ejercicios, cursos y seminarios; actividades docentes y formativas; investigación, innovación y desarrollo…). centrándose en los siguientes temas: seguridad marítima; seguridad en el ciberespacio; cooperación en catástrofes y emergencias; mujer, paz y seguridad; enseñanza e investigación. El viaje sirvió para, dentro de este marco general de cooperación internacional que mira con especial atención al continente americano (muy en particular a la CELAC), consolidar las luengas y sólidas relaciones existentes en el ámbito de la seguridad y defensa. Empero, además, podría proporcionar nuevas oportunidades para construir puentes que faciliten un mayor acercamiento y una más amplia vinculación trasatlántica (al Norte y al Sur del hemisferio, tanto con España como con la UE).
Entrevistamos al vicealmirante Alexandre Rabello de Faria
El vicealmirante Alexandre Rabello de Faria pertenece a la Armada de Brasil y ha ejercido la presidencia del Consejo de Delegados de la JID durante dos años, entre 22 de junio de 2021 y el 27 de junio de 2023. Uno de sus últimos actos oficiales fue la visita a España, durante la cual nos concedió esta entrevista.
¿Cuál fue su puesto o experiencia más satisfactoria durante su carrera?
Durante mi carrera en la Marina tuve la oportunidad de desempeñar diversas funciones y vivir experiencias gratificantes. Sin embargo, si tuviera que destacar una en particular, diría que el mando en la mar fue el punto culminante de mi carrera. Comandar buques de la Armada brasileña fue una vivencia única. El mando en la mar proporciona una visión completa de las operaciones navales, desde la planificación estratégica hasta la ejecución táctica. Es una experiencia desafiante pero extremadamente gratificante, ya que permite al oficial de Marina aplicar sus conocimientos, habilidades y capacidades en un ambiente dinámico y bajo presión. Estos destinos me permitieron contribuir directamente a la seguridad marítima, a la proyección del poder naval y a la defensa de los intereses de Brasil. Fue un privilegio formar parte y dirigir tripulaciones dedicadas y profesionales. Una experiencia única que me ayudó a formar mi perspectiva como profesional de la Marina.
¿Cómo llegó al cargo de presidente del Consejo de la JID?
El presidente del Consejo de Delegados de la JID es un cargo electivo de un año de duración, con posibilidad de reelección por un periodo similar de tiempo. Así, en mi caso, tuve el honor de ser elegido y reelegido por el Consejo de Delegados, lo que me permitió permanecer durante dos años. En mi opinión, la selección de mi nombre por mi país para optar a este puesto puede tener alguna relación con la experiencia que he tenido a lo largo de mi carrera profesional y en los esfuerzos realizados, junto con varios equipos, para la cooperación internacional entre las armadas de diferentes países. Me siento muy honrado de haber ocupado ese cargo y de haber contribuido de alguna manera a fortalecer la cooperación y el intercambio de conocimientos entre las Fuerzas Armadas y de Seguridad del continente americano.
Durante este tiempo hemos buscado, entre otros temas relevantes, fortalecer la seguridad marítima, el desarrollo tecnológico, el desminado humanitario, la ciberdefensa, la agenda de mujeres, paz y seguridad, los flujos migratorios regionales y el apoyo mutuo entre países, especialmente en caso de desastres naturales en nuestra región. Para el futuro, tengo la esperanza de que la JID también pueda ampliar este enfoque a otros temas de suma importancia, como el impacto de la inteligencia artificial en la defensa y la seguridad, el cambio climático y las operaciones interagenciales.
¿Cuál cree que es la función más útil de la organización?
Como presidente del Consejo de Delegados de la Junta Interamericana de Defensa (JID) considero que el principal valor de la organización en materia militar es promover la cooperación y el diálogo entre los estados miembros. Además, también destacaría su labor como entidad de asesoría técnica, consultiva y educativa en asuntos relacionados con temas militares y de defensa en el hemisferio; todo ello a fin de contribuir al cumplimiento de la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con miras a fortalecer la seguridad y la confianza en el hemisferio occidental.
En mi opinión, la JID debe desempeñar un papel crucial, proporcionando un espacio para que los estados miembros discutan y coordinen posibilidades de apoyo y cooperación, de acuerdo con las deliberaciones de la Asamblea General de la OEA, su Consejo Permanente y sus propios estados. En este sentido, reconozco el potencial de la JID para apoyar a los países en la coordinación de acuerdos de cooperación más amplios e integrales, obviamente de acuerdo con las necesidades e intereses de los países. Este es el caso, por ejemplo, en el área de la defensa cibernética, donde la JID ha estado trabajando en la idea de un marco de cooperación hemisférica.
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la JID?
Reconozco que la organización se enfrenta a algunos retos comunes, como es natural en cualquier institución internacional, que debe estar en sintonía con los avances de la sociedad global. Entre los principales retos, puedo destacar la diversidad de intereses. La JID está compuesta por varios estados miembros, cada uno de los cuales tiene naturalmente sus prioridades de política interior y exterior. Conciliar estas diferentes perspectivas y buscar el consenso puede resultar difícil, pero también es una oportunidad para fomentar el diálogo constructivo y el entendimiento mutuo.
También están las limitaciones presupuestarias, siendo asignación de recursos financieros es un reto común para muchas organizaciones y la JID no es una excepción. Garantizar una financiación adecuada para las actividades técnicas y académicas de la organización, de forma equitativa entre los proyectos y mandatos de la OEA, es un reto permanente que debe superarse, con dedicación y creatividad.
Otro reto son los cambios en el panorama geopolítico, que evoluciona constantemente y la JID debe adaptarse para mantener su relevancia. Los nuevos desafíos, como el aumento de las amenazas cibernéticas, la seguridad marítima, la delincuencia organizada transnacional, el cambio climático, la respuesta ante desastres y la ayuda humanitaria exigen un enfoque ágil y flexible por parte de la organización. Finalmente, está la cooperación y coordinación efectivas entre los Estados miembros, que son fundamentales para el éxito de la JID. Fomentar una cultura de confianza, compartir información y buscar soluciones conjuntas son retos constantes y esenciales para alcanzar los objetivos de la organización.
Es importante subrayar que la JID es consciente de estos escollos y está comprometida a abordarlos de forma constructiva, a través del diálogo, la búsqueda del consenso y la introducción de soluciones innovadoras. Creo que, con la participación activa y comprometida de todos los Estados miembros y la contribución de nuestros observadores permanentes, en el caso concreto de España, la JID puede superar estos obstáculos y seguir desempeñando un papel relevante en la promoción de la seguridad y la cooperación en las américas.
¿Por qué la visita a España hacia el final de su mandato?
El viaje oficial a España estuvo motivado por varios factores. En primer lugar, para estrechar los lazos e impulsar la cooperación entre la JID y los países observadores permanentes, como es el caso de España, que desempeña un papel muy importante en el Continente americano. El propósito de la visita fue también promover el diálogo y el intercambio de experiencias sobre temas de suma importancia para nuestra región, incluyendo áreas en las que las Fuerzas Armadas españolas tienen gran experiencia, incluidas las operaciones llevadas a cabo bajo la dirección de la Unión Europea.
Esta interacción es fundamental para enriquecer las discusiones y contribuir a mejorar las capacidades y conocimientos de la JID, así como aportar visiones complementarias y aditivas a los enfoques que tenemos sobre temas de alcance hemisférico, en nuestra área de acción técnica y académica. También es importante destacar que la visita representó una oportunidad para conocer, in situ, los esfuerzos y avances realizados por España en materia de seguridad y defensa, así como para estrechar los lazos bilaterales y de cooperación mutua. En este contexto, creo que las visitas a las organizaciones militares españolas y de la UE con sede en España representaron una oportunidad estratégica de gran importancia para consolidar alianzas, compartir experiencias y reafirmar el compromiso mutuo con la paz, la seguridad y la cooperación entre las naciones.
¿Podría hacer balance de su estancia e indicar, en el ámbito de la cooperación, algún aspecto o campo concreto en el que vayan a profundizar?
Durante mi misión en España, pude valorar muy positivamente las posibilidades de cooperación, especialmente en los ámbitos de la ciberdefensa; mujer, paz y seguridad; respuesta ante desastres naturales y ayuda humanitaria, y seguridad marítima. En materia de ciberdefensa, reconozco la creciente importancia de este campo del conocimiento, así como la necesidad de fortalecer las capacidades de los estados miembros para hacer frente a los retos en este ámbito, lo que requiere un apoyo mutuo eficaz.
Tenemos la intención de profundizar nuestro trabajo conjunto promoviendo el intercambio de conocimientos, realizando seminarios y ejercicios de simulación, así como desarrollando cursos de formación de corta duración, con el fin de reforzar las capacidades cibernéticas de la región. En el tema de mujer, paz y seguridad, me gustaría destacar el liderazgo y el alto grado de profesionalismo de España, así como su compromiso con la promoción de la igualdad de género. Me gustaría reforzar aún más nuestra cooperación, desarrollando proyectos de formación e invirtiendo en mecanismos de intercambio de información que contribuyan a los análisis de gestión por parte de los estados miembros, mejorando las políticas y directrices que, en última instancia, pueden conducir a un entorno más igualitario.
Además, considero esencial mejorar nuestra cooperación en el ámbito de la respuesta ante desastres y la asistencia humanitaria. Me impresionó mucho mi visita a la Unidad Militar de Emergencias y creo que compartir las buenas prácticas, realizar ejercicios, conferencias y talleres, así como desarrollar y mejorar los mecanismos conjuntos y las soluciones tecnológicas, son la dirección correcta para seguir en nuestra región. Por último, quiero subrayar la importancia de la seguridad marítima para el hemisferio y el papel estratégico de España en ese contexto, como nos ha sido demostrado en la sede del Mando de la Operación Atalanta, en la Base Naval de Rota.
En este sentido, la JID pretende potenciar las oportunidades que contribuyan a mejorar la cooperación entre los estados miembros para hacer frente a problemas comunes, como la pesca ilegal, la lucha contra la piratería, la contaminación de los océanos, la protección de infraestructuras críticas y la salvaguarda de la vida humana en la mar, entre otros aspectos. En este sentido, nos comprometemos a solidificar una cooperación estrecha y duradera en los campos prioritarios mencionados, buscando resultados concretos que beneficien a todos los estados miembros de la Junta Interamericana de Defensa y que nos mantengan en el camino hacia la paz, la seguridad y la prosperidad en la región.
¿Se atrevería a dar algún consejo a su sucesor, el general de brigada del Ejército de México Marco Antonio Álvarez Reyes?
Ahora que mi mandato como presidente del Consejo de Delegados de la JID llega a su fin, me dispongo a pasar el cargo a mi sucesor con sentimientos encontrados. Durante el tiempo que he ocupado este cargo,ç he enfrentado muchos retos, he aprendido mucho y he sido testigo del potencial de colaboración entre los estados miembros. Si pudiera dar un consejo al nuevo presidente del Consejo de Delegados, le diría que abrace la complejidad y la diversidad, que trabaje para convertir el potencial de la Junta Interamericana de Defensa en proyectos y actividades que sean beneficiosos para los estados miembros y para el Sistema Interamericano, en aquellas áreas que la Junta es responsable técnica y académicamente. En ese sentido, considero de esencial importancia para la JID lo que acabo de ver y escuchar en España y Bruselas, dado el potencial que representa esta asociación institucional que está a punto de comenzar. (Eva de Lezo)