(defensa.com) El 18 de junio tuvo lugar en la base aeronaval de Rota el aterrizaje de un convertiplano MV-22B Osprey estadounidenses sobre la cubierta de vuelo del Buque de Proyección Estratégica “Juan Carlos I” de la Armada española, que tiene allí su base.
La aeronave pertenece a la SP-MAGTF, la Fuerza de Tarea de Respuesta de Crisis de Marines Aire-Tierra con Propósito Especial que tiene su base en Morón de la Frontera, Sevilla.
El Osprey combina el radio de acción y velocidad de un avión con la capacidad de aterrizar y despegar verticalmente de un helicóptero, lo que lo convierte en una valiosa herramienta para los buques militares.
Esta aeronave ha participado en varios ejercicios con las Fuerzas Armadas españolas. Comenzaron en 2011 con la participación en los ejercicios bilaterales PHIBLEX que tuvieron lugar en Cádiz y en el que infantes de marina españoles pudieron volar y lanzarse en paracaídas desde esta aeronave. Posteriormente realizaron otras maniobras en Sevilla con el Batallón de Helicópteros de Maniobra (BHELMA) 4, luego con el Batallón de Helicópteros de Ataque (BHELA) I en Ciudad Real, así como en abril en Asturias con el Regimiento de Infantería Ligera “Príncipe” nº 3 de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable “Galicia VII” (BRILAT).
Estados Unidos opera este aparato en tres versiones diferentes, siendo los marines uno de sus usuarios principales. Recientemente se ha dado el visto bueno a su exportación a Israel y posiblemente esta sucesión de ejercicios conjuntos en España venga acompañada de una oferta para la adquisición de varias de estas aeronaves un precio contenido.
La Armada española está necesitada de helicópteros, especialmente para operarlos desde buques, de ahí que esté en proceso para adquirir un lote de helicópteros SH-60F multipropósito para sus BAM y que espere como agua de mayo la llegada de los helicópteros navales NH-90.
La demora en el desarrollo de la versión naval de este helicóptero además de su alto coste de adquisición habría hecho plantearse a la Armada otras opciones. El Osprey es una aeronave especializada cara de adquirir, mantener y operar, por lo que por muy barato que fuera el precio ofertado para las cuatro aeronaves de que se habla (posiblemente ya en servicio en Estados Unidos o procedentes de un pedido estadounidense ya en curso como el caso de Israel) habría que incluir los costes asociados del ciclo de vida, lo que haría la oferta muy cara para los actuales presupuestos que maneja el Ministerio de Defensa español.
Por otra parte, Navantia incluyó al Osprey entre las aeronaves con las que puede operar el LHD en que está basado el Juan Carlos I. Aunque la capacidad para aterrizar y despegar de la cubierta es imprescindible, a estas hay que añadir la capacidad para moverlo dentro del buque, usar los elevadores o poder mantenerlo y repararlo a bordo.
Para facilitar esta tarea los Osprey cuentan con un sistema de plegado de la superficie de vuelo y los motores de tal manera que esta queda plegada sobre el fuselaje longitudinalmente y los motores pliegan sus palas, con lo que el espacio requerido se reduce considerablemente. (J.N.G.)
Fotografías:
·Primera toma de un MV-22 OSPREY en la cubierta del Juan Carlos I.
·Infantes de marina españoles embarcan en un Osprey durante PHIBLEX 2011.
·Durante las operaciones con el OSPREY se realizaron diversas pruebas en el hangar.
·Se completaron un total de 3 tomas.