Durante el reciente show aéreo de Avalon (Australia), Jeff Babione responsable de Lockheed Martin para el programa del cazabombardero F-35, ha manifestado que se han producido conversaciones con los Gobiernos de España, Bélgica y Suiza, acerca de su producto de defensa. Las declaraciones las ha realizado el ejecutivo de la multinacional a los periodistas presentes en el Australian Aviation Airshow 2017, que se ha celebrado la semana pasada en el aeropuerto de Avalon sito en Geelong (Australia), según recoge la agencia Reuters.
Según el directivo, obtener nuevos clientes podría ayudar a reducir significativamente el costo de los aviones militares después de los problemas y retrasos en la producción acaecidos, como vemos no solo tiene problemas el Airbus Defence and Space A400M. En el trasfondo de las afirmaciones estarían las críticas del nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump al precio del F-35, cuyas primeras unidades de serie empezaron a entregarse en 2011, actualmente cifrado en unos 94,6 millones de dólares por unidad.
Actualmente son clientes del sistema, además de los Estados Unidos (Marines, USAF, y la US Navy), las fuerzas aéreas de otros diez países que son: Australia, Dinamarca, Israel, Italia, Holanda, Noruega, Turquía, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, que según Babione deberían de ordenar más lotes de producción para ayudar a alcanzar el objetivo de que se pueda reducir el precio en 2020 a los 80 millones de dólares por unidad.
En dicho contexto hizo públicas las conversaciones con los países referidos, entre ellos España, cuya necesidad para dotarse con el aparato ya hemos referido en varias ocasiones. Tanto la Armada lo necesitaría, a medio plazo, para sustituir a sus Boeing Av-8B Harrier Plus; y con algo de más de margen de tiempo, el Ejército del Aire, como recambio de sus EF-18M.
En todo caso el directivo habla sólo de conversaciones, dado que en el actual momento del Ministerio de Defensa español inmerso en buscar las vías de financiación de los actuales Programas Especiales de Armamento (PEA) estaría muy lejos de decidir la entrada en otro tan complejo. La necesaria operación de dotarse con el F-35, no se circunscribiría sólo al pago de 80 millones, en el mejor de los casos, sino que significaría entrar en un costoso programa de puesta en marcha del sistema, lo que conlleva además crear una infraestructura para operarlo y financiar el mantenimiento sostenimiento de un sistema aéreo nada menos que de 5ª generación.
Igualmente Babione puso también su acento en Bélgica y Suiza, que serían potenciales clientes del aparato, que parece llevar visos de convertirse en el claro sucesor del extendido F-16, que usan buena parte de los citados clientes del F-35.
El directivo de Lockheed Martin también instó a Canadá a acelerar la decisión sobre si comprará finalmente el F-35, o los F/A-18E/F Super Hornet de la empresa Boeing en su lugar. (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: Dos de los nuevos F-35C de la US Navy. Foto: US Navy.