La Armada cuenta con seis cazaminas que conforman la 1ª Escuadrilla de Medidas Contra Minas (MCM) adscrita a la Fuerza de Acción Marítima y provista con navíos especializados para una tarea que puede ser crítica, una misión que llevó a decidir a finales de 2023 una serie de mejoras valoradas en unos 135 millones de euros.
La presencia de minas, diseminadas tanto por medios navales en puntos concretos para actuar contra el tráfico marítimo, es una acción fácil de realizar pero compleja de neutralizar. Hay que localizar la amenaza y actuar con diferentes medios para provocar su detonación o inutilización sin que afecte a las fuerzas propias.
Los seis cazaminas de la Armada, que conforman la clase Segura, fueron fabricados por Navantia en Cartagena -donde ahora se encuentra su Base-, en dos lotes, el primero de cuatro ejemplares y un segundo lote con dos adicionales. Comenzaron a entrar en servicio en 1999 y cuatro ya han cumplido veinticinco años de actividad sin recibir grandes mejoras en sus equipos, una situación que ahora se va a revertir con un programa que está en marcha y que pretende darles otros diez o quince años de vida útil para que aguanten en servicio hasta que lleguen los seis de un nuevo diseño que se prevé entren en servicio en la década de los años cuarenta.
La Armada va a aprovechar el proceso de modernización de sus actuales cazaminas como revulsivo de transición desde el modelo actual al que se crea oportuno incorporar en un futuro. Se ha constituido ya una Oficina del Proyecto de Modernización de los Cazaminas, que sigue la ejecución del programa y las diferentes actuaciones que estarían siendo realizadas por quien los fabricó.
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Se prevé que los trabajos de modernización de los cazaminas permitan tenerlos todos ya operativos de nuevo sobre 2027. (Octavio Díez Cámara)
Hemos sabido que el proceso de actualización de capacidades afecta a diferentes áreas de los cazaminas. De un lado se mejora su sistema de combate aplicando el programa SCOMBA (Sistema de Combate de la Armada) convenientemente dirigido a la tarea concreta que define a estos buques y en el cambio se incluyen también nuevas consolas, como la que se asigna al Sistema Integrado de Control de Plataforma que también sufre cambios significativos, para que los operadores puedan controlar con más precisión y capacidad técnica la labor de caza de minas. Se proceder a mejorar su sensor principal, que es un sonar SSQ-32 a una versión más eficiente -probablemente la 4- y a realizar otras actuaciones sobre sistemas obsoletos en ellos instalados o en el Sacaz que es el simulador en el que las tripulaciones se adiestran en tierra.
En el devenir de su historia, los cazaminas de la Armada recibieron los vehículos controlados a distancia Pluto Plus y Minsniper que les dan una capacidad de localización y neutralización más diligente, y en ellos se despliega desde 2024 el vehículo submarino (UUV, Unmanned Underwater Vehicle Sparus que permite obtener datos para elaborar, con gran precisión y gracias a sus sonares acústicos y cámaras ópticas, mapas del fondo marino de gran precisión. También disponen de los drones aéreos M5D-Airfox que se integraron en 2023 en ellos.
No acaba ahí, y la Armada, en el proceso de mejora de capacidades de sus cazaminas ha decidido instalar también vehículos autónomos de superficie (USV, Unmanned Surface Vehicle). Los cambios en los cazaminas actuales, que podrían finalizar entre 2026 y 2027, van a ser especialmente útiles para experimentar procesos y capacidades para definir futuros procesos de caza de minas y aplicarlos en las naves que reemplazarán a los actuales. (Octavio Díez Cámara)
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