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Domingo, 5 de enero de 2025 Iniciar Sesión Suscríbase

2025, un año de desafíos y oportunidades para la defensa

El nuevo año arranca con dos grandes escenarios de conflicto heredados de tiempos previos, Ucrania y Gaza, cuyo devenir cabe pensar que es menos incierto en el primer caso que en el segundo, y con la batuta de Donald Trump marcando de nuevo el ritmo. Que la guerra en Ucrania tiene los días contados o los meses, siendo menos optimistas, es un hecho si el nuevo mandatario norteamericano cumple lo pregonado en campaña. La OTAN pondrá así freno a las aspiraciones de entrada de Ucrania, pero Putin seguirá siendo el gran enemigo de esta Europa, que se ha dejado la piel en apoyo a Kiev e impulsado de manera inaudita sus presupuestos de defensa.

El futuro cercano apunta a que el gran aliado al otro lado del Atlántico no va a bailar al compás de la estrategia de defensa europea, a la que presionará para que incremente su gasto en este capítulo y cumpla sus compromisos con la Alianza, pese a que las estrategias a uno y otro lado del charco no caminen juntas. Mientras, Israel, denostado en Europa, aislada su industria de los escenarios visibles (en los que no lo son, no siempre puede hacerse, por meras razones de operatividad de los propios ejércitos), respira más aliviado y podrá tensionar más en este charco de aguas turbias la situación en Oriente Medio, como ya está haciendo en Siria.

 

Lo que es indudable es que la defensa seguirá siendo una cuestión clave, como no lo fue en años, a nivel político y en la opinión pública. Cualquier hijo de vecino tiene hoy conocimientos básicos sobre sistemas de armas, antes desconocidos por el público ajeno al sector. Hay un interés claro en las cuestiones de armamento y una mera ojeada a la prensa generalista diaria da buena cuenta de ello; y la asignación de partidas para la modernización de las Fuerzas Armadas ha dejado, al fin, de ser un problema de imagen para la clase política.

 

La industria del sector ha crecido, tanto por la expansión de los ya existentes como por la entrada en el juego de nuevos actores industriales. Los apoyos desde las administraciones territoriales son fuertes, buscando generar riqueza y empleo en sus comunidades en base al impulso del sector, y se buscan permanentemente mecanismos para lograr el aumento de la inversión (en España, a falta de la aprobación de las cuentas públicas, a través del Consejo de Ministros). El presupuesto del Ministerio de Defensa español se eleva a 15.000 millones de euros y se prevé incrementarlo en 2025, en el marco del actual ciclo inversor alcista, buscando llegar al 2 por ciento del PIB (Producto Interior Bruto) en el año 2029.

 

Sea como fuere y por lo que fuere, la defensa arranca 2025 en un marco de crecimiento y grandes desafíos, retos a nivel europeo que son una oportunidad que debe gestionarse en lo comunitario para sumar esfuerzos y no restar capacidades. Europa está abocada a defender su propia estrategia y ganar autonomía. Ni el guion, ni parte de los actores protagonistas del escenario global serán los mismos y hay vida, y muerte, más allá de las fronteras orientales del Viejo Continente.


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