Francia pretende realizar una completa renovación de su capacidad de ataque aéreo nuclear, con la adquisición de un futuro desarrollo del avión de combate Dassault Rafale y el nuevo misil nuclear hipersónico ASN4G.
Este importante anuncio de renovación se ha oficializado en la base aérea 116 de Luxeuil-Saint-Sauveur por parte del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, que el pasado 18 de marzo visitó dicha instalación del Ejército del Aire y del Espacio o AAE (Armée de l'Air et de l'Espace) francés.
En concreto, el activo mandatario francés anunció que el futuro misil nuclear hipersónico ASN4G (Air-Sol Nucléaire of 4th generation), destinado a renovar el componente aerotransportado de la disuasión nuclear francesa, estará ya operativo en esta base del noreste de Francia en 2035.
Para garantizar su utilización, dos nuevos escuadrones equipados con los futuros aviones de combate Dassault Aviation Rafale de la versión F5 también serán asignados a la base, marcando una transformación significativa de esta estratégica instalación del AAE. Esta decisión forma parte de un plan más amplio de modernización de las capacidades aéreas francesas, que incluye la aceleración de los pedidos de Rafale (tanto para el AEE como para su Marine Nationale) y una inversión de 1.500 millones de euros para modernizar dichas infraestructuras aeronáuticas cara a las futuras necesidades operativas.
El Rafale F5, actualmente en desarrollo por las empresas francesas encabezadas por Dassault Aviation a instancias de la DGA (Direction Générale de l'Armement), introduce avances significativos en conectividad, guerra electrónica y superioridad de la información. Será el primer avión de combate francés en integrar un sistema no tripulado o dron de combate furtivo derivado del programa nEUROn, diseñado para operar junto a la aeronave pilotada para mejorar la penetración en entornos disputados y proporcionar capacidades avanzadas de reconocimiento.
El Rafale F5 llevará el radar Thales RBE2 XG de última generación, que mejorará la detección y la fusión de datos obtenidos y transferidos, garantizando una capacidad de combate óptima contra las amenazas aéreas más modernas. Estas mejoras permitirán al componente aéreo de las fuerzas de disuasión nucleares francesas o Force de frappe (fuerza de choque) operar en entornos cada vez más disputados, manteniendo al mismo tiempo una alta probabilidad de supervivencia frente a los sistemas avanzados de defensa antiaérea.
Una característica clave del futuro Rafale F5 es su capacidad para transportar y lanzar el referido misil ASN4G, que sustituirá al actual ASMPA (Air-Sol Moyenne Portée-Amélioré). Estamos ante un armamento “inteligente” desarrollado por MBDA France con el apoyo de la oficina nacional de estudios e investigaciones aeroespaciales o ONERA (Office National d'Études et de Recherches Aérospatiales).
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Imagen digital del misil nuclear hipersónico ASN4G. (foto MBDA France)
Este misil hipersónico alcanzará velocidades de entre Mach 6 y Mach 7 gracias a un motor estatorreactor, lo que le proporcionará una capacidad sin precedentes para traspasar las defensas aéreas avanzadas. Su alcance de más de 1.000 km mejorará la flexibilidad estratégica de la Force de frappe, mientras que su arquitectura furtiva o stealth reducirá la detección por radar, mejorando su capacidad de supervivencia en entornos de alta actividad de guerra electrónica.
Paralelamente, Francia, a través también de un programa de su DGA, continúa desarrollando el misil de planeo hipersónico V-MAX con ArianeGroup, lo que refleja un esfuerzo más amplio por diversificar y fortalecer las capacidades de ataque, tanto convencionales como nucleares.
La mencionada inversión de 1.500 millones de euros en la Base Aérea de Luxeuil tiene como objetivo modernizar su infraestructura para satisfacer las nuevas necesidades operativas. La capacidad del alojamiento se duplicará, dado que está previsto que llegue a albergar a más de 2.000 militares y civiles para 2035, lo que reforzará aún más su papel en la estrategia de defensa aérea del país y de ser una de las principales sedes de la Force de frappe.
Además de su papel en la disuasión nuclear, la base seguirá garantizando misiones de vigilancia aérea y participando en las operaciones de la OTAN, especialmente en el flanco oriental de la alianza. La integración de los Rafale F5 y el misil nuclear ASN4G confirma la importancia estratégica de Luxeuil en la estrategia de defensa de Francia, combinando los esfuerzos de modernización con la adaptación a los nuevos desafíos de seguridad.
Para satisfacer la creciente demanda de la AAE y los clientes de exportación, Dassault Aviation incrementará gradualmente la producción del Rafale, alcanzando gradualmente un ritmo de cinco aviones al mes.
En medio de la continua expansión militar en Europa y el aumento de las tensiones geopolíticas, estos avances reflejan la intención de Francia de reforzar su autonomía estratégica y mantener sus capacidades de disuasión nuclear frente a las amenazas de Rusia.
El anuncio del presidente Macron se alinea con una inteligente visión a largo plazo de dotar a las FAS (Fuerzas Armadas) francesas de capacidades aéreas modernizadas, adaptadas a los futuros desafíos operativos. (Julio Maíz)
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