El programa de modernización de la bomba nuclear táctica B61 para mejorar sus características contempla la modificación para posibilitar su lanzamiento desde la bodega interna del F-35 o la instalación de un kit de guiado posterior derivado del empleado por la bomba Joint Direct Attack Munition (JDAM) de Boeing. Esta empresa recibió en 2012 un contrato de 178 millones de dólares para adaptar su tecnología JDAM a la veterana bomba. Concretamente se trata de la B61-12, la última versión de una veterana bomba que comenzó a fabricarse en los sesenta y que en su última versión reemplazará a las versiones B61-3, B61-4, B61-7 y B61-10. Desde los sesenta se han construido más de tres mil bombas de las que quedarían en servicio aproximadamente 825 unidades, desplegadas por Estados Unidos en sus instalaciones, incluyendo, según estudios de la Federación de Científicos Atómicos (FAS) estadounidenses, seis bases en Europa.
El programa de mejora de la bomba (Life Extension Program o LEP) es una iniciativa de la Fuerza Aérea estadounidense y la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA por sus siglas en inglés) que entró en la fase de ingeniería en febrero de 2012 y con la que se pretende preservar un elemento crítico de la disuasión nuclear estadounidense. Antes, en 2010 la NNSA había pedido al Congreso estadounidense una partida de 40 millones de dólares para adaptar la bomba para su uso en la bahía interna del F-35.
Se trata de una bomba de caída libre dotada de un sistema de navegación de última generación y una cabeza de guerra configurable en cuatro potencias (0,3, 5, 10 y 50 kilotones). Incluye mejoras tanto en los elementos nucleares como los no nucleares. Por ejemplo el sistema de guiado ha sido diseñado por los laboratorios nacionales de Sandía y Los Álamos y fabricado por la empresa nacional de seguridad Plants, consiguiendo una precisión de 30 metros. La mejora de la B61 permitirá la retirada de la bomba B83 de un megatón de potencia, lo que dejará al nuevo ingenio como la única bomba nuclear de gravedad en servicio. Algunos críticos han considerado que la disponibilidad de un arma nuclear táctica de mayor precisión y menor potencia podría hacer que los decisores políticos tuvieran menos reticencias para emplear un arma nuclear durante operaciones convencionales. (J.N.G.)