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Domingo, 22 de septiembre de 2024 Iniciar Sesión Suscríbase

El gigantesco obús de asedio austriaco de 380 mm

El auge de la artillería pesada se gestó a principios del siglo XX, hasta el punto que, en plena Segunda Guerra Mundial, se le atribuyese a Stalin la frase "la artillería es el dios de la guerra". Buen ejemplo de esta tendencia la tenemos en el gigantesco obús de asedio M.16 de 380 mm que se conserva en el museo militar de Viena.

La carrera de armamento previa  al inició en 1914 de la Primera Guerra Mundial (PGM) llevó al diseño de cada vez mayores piezas de artillería pesada. En este sentido el Imperio austro-húngaro financió en 1906 un diseñó de la firma Skoda denominado Mörser M11/16  de 305 mm, que entró en producción en 1911 en la planta de la empresa en Pilsen (hoy República checa).

El éxito de este sistema tras el inició de la PGM, incluso en manos de los alemanes, que hicieron debutar el obús en los asedios y toma de las fortificaciones belgas de Amberes, Lieja y Namur, llevó al Ejército de Austria-Hungría a encargar una versión de mayor calibre. Así surgió nuestro protagonista, el obús de asedio o Belagerungshaubitze M.16 del calibre de 380 mm.

Inicialmente se encargaron dos unidades, bautizadas como “Barbara” y  “Gudrun”, que se entregaron a tiempo para participar en la ofensiva lanzada en el sur Tirol en mayo de 1916 contra los italianos. La eficacia del gigantesco sistema artillero, de 81.700 kilogramos de peso, hizo que se encargaran 14 unidades más, además de dos tubos de repuesto, aunque al finalizar el conflicto sólo se habían entregado 8, por lo que en total se recibieron 10 piezas.

Actualmente podemos ver uno de estos obuses de asedio M.16, el sexto de los fabricados, en el interesante Museo Militar de Viena, en la sala dedicada a la Primera Guerra Mundial de un magnífico edificio del siglo XIX.

El obús se transportó en cuatro partes, el tubo, la cureña y una por cada mitad de la plataforma de disparo. Cada una de estas partes era transportada por un remolque eléctrico de ocho ruedas con la electricidad proporcionada por un sistema Daimler Artillerie-Generatorzugwagen (camión generador de artillería) M.16, diseñado por el mítico Ferdinand Porsche. El motor de gasolina de 6 cilindros, 150 hp (110 kW) y 20,32 litros accionaba dos generadores eléctricos que alimentaban motores eléctricos en cada rueda del remolque y las ruedas traseras del camión. La velocidad máxima fue de 14 kilómetros por hora. Los neumáticos de caucho macizo se podrían quitar y los camiones podrían arrastrar sus remolques sobre los rieles. Para distancias más largas, las plataformas con las cargas eran trasladadas por ferrocarril.

El Imperio, con capital en Viena, llegó a diseñar y encargar una variante todavía más poderosa de 420 mm, cuya primera y única unidad tenía la referida planta de Pilsen en fase final de construcción al final de la guerra, en noviembre de 1918. Una vez acabada se incorporó al nuevo ejército de Checoslovaquia, que pasó a manos alemanas tras la toma del país en 1939 por parte del III Reich, cuyo Ejército la utilizaría en el ataque a Francia de 1940, y al otro año en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en los asedios de Sebastopol y Leningrado, donde el ánima del tubo acabó su vida útil, calculada en unos 1.000 disparos, lo que provocó su abandono. (Julio Maíz Sanz)

Fotografía: El espectacular obús de asedio austro-húngaro “Belagerungshaubitze” M.16  de 380 mm. (foto Julio Maíz/defensa.com)


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