El Ejército de Tierra estadounidense ha dado un paso más en su programa de adquisición de un nuevo helicóptero de ataque y reconocimiento (Future Attack Reconnaissance Aircraft o FARA) con la elección de los dos finalistas que deberán madurar sus propuestas en diseños avanzados que serán sometidos a pruebas.
De los cinco candidatos que analizamos en mayo del año pasado, el Army se ha decantado, una vez más, por las propuestas presentadas por los gigantes del sector aeronáutico como Bell y Sikorsky (del grupo Lockheed Martin). Cada uno de estos fabricantes deberá madurar su diseño y tenerlo listo para la campaña de vuelos que comenzará en 2023.
La propuesta de Bell
Bell ha conseguido meter en la final a su Bell 360 Invictus, un aparato de diseño relativamente convencional, que incluye diseño tándem, semialas abatibles con dos puntos para fijación de armas en cada una de ellas, cañón triple frontal de 20 mm. rotor rígido y rotor antipar carenado. Entre sus características avanzadas están los controles de vuelo digitales (fly-by-wire), diseño de rotor articulado, palas del rotor principal de nueva generación y aviónica de Collins Aerospace (que cumple las especificaciones de arquitectura modular y abierta (Modular Open Systems Approach o MOSA). Se da la circunstancia de que hay ilustraciones actualizadas en las que las semialas aparecen en configuración fija y en otras en las que se presenta una configuración abatible que mantendría las armas ocultas en el interior del fuselaje, reduciendo la sección radar (RCS).
El Raider X de Sikorsky
El otro finalista es un viejo conocido puesto que se basa en gran medida en el Raider de Sikorsky, es decir, con arquitectura de helicóptero compuesto con rotor empujador al final del puro de cola y rotor principal coaxial, lo que elimina la necesidad de rotor antipar. Igualmente presenta en el morro un cañón tritubo de 20 mm. orientable y dos semialas abatibles con dos puntos de fijación para misiles y otros sistemas de armas en cada una de ellas. Igualmente cumple la especificación del programa de arquitectura abierta (MOSA).
El Raider X se basa en el SB-1 Defiant presentado en el programa JMRTD, que emplea la misma tecnología de rotores coaxiales del X-2 que en el Raider, permitió superar los 200 nudos de velocidad. Sikorsy considera que no será complicado aumentar el tamaño de la aeronave que emplea un rotor más pequeño, concretamente de 34 pies (10,3 metros) frente a los 40 deseados para el FARA. También está trabajando en la integración del motor ITEP en sus aparatos, por lo que esto no debería ser un problema. (José Mª Navarro García)
Fotografía: Bell 360 Invictus (Bell)
El Raider X de Sikorsky (Lockheed Martin)