La independencia militar que Suecia ha venido manteniendo en las últimas décadas parece que sigue activa, pese a que recientemente se ha aprobado que pase a formar parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Sustentaría esa aseveración el que su gobierno haya decidido apostar por una fuerte inversión del presupuesto del Ministerio de Defensa en su industria nacional.
Ese gasto va a intentar obtener un avión de combate avanzado que cumpla con los estándares de los de los cazas de 6ª generación, proceso que, probablemente, puedan llevar a cabo si tomamos como referencia que han sido capaces de diseñar y producir cazas tan avanzados como los Saab 35 Draken, Saab 37 Viggen y Saab 39 Gripen.
La decisión sueca de involucrar a su tejido industrial en el futuro caza de 6ª generación puede ser una estrategia para posicionarse mejor en programas como FCAS. (Airbus)
Esos sistemas de armas, de los que el último sigue vigente con el surgimiento de la reciente variante E que se situaría dentro de los modelos de 4ª generación plus, tienen en común a la firma Saab. Se trata de un conglomerado industrial de Suecia que aglutina capacidades que en el entorno militar les permiten desarrollar plataformas aéreas, sistemas electrónicos y hasta misiles.
Según lo que se ha conocido, y que ha llamado poderosamente la atención porque se preveía que apostasen por el caza de 6ª generación que surja del programa FCAS (Future Combat Aerial System) de España, Alemania y Francia tras abandonar el programa GCAP (Global Combat Air Programme) que ahora une a británicos, japoneses e italianos, los responsables de la Administración de Material de Defensa de Suecia (FMV) han aprobado un contrato con Saab que se firmó a finales de marzo y que contempla su intervención y también las aportaciones de otras empresas del país.
Lo que el esfuerzo liderado por Saab pretendería es conocer con todo detalle si podrían poner a punto por sí mismos un caza de 6ª generación y lo que ello conlleva, porque a la plataforma principal de combate habría que añadir otra suerte de medios aéreos autónomos que actuarían dentro de un mismo entorno colaborativo del más alto nivel tecnológico.
La capacidad de Suecia para diseñar y fabricar las aeronaves más versátiles y potentes la vienen demostrando desde hace ya muchos años.
Los estudios de Suecia en ese sentido, que valorarán tanto plataformas tripuladas como las no tripuladas, deberán conocerse en 2025 y desde ahí iniciarse el proceso de inversiones para seguir siendo autónomos en la producción de productos de defensa tan críticos como el anhelado caza de 6ª generación y las plataformas que le acompañen. Podría tratarse incluso de una apuesta por obtener activos industriales y tecnológicos que les permitan ser más capaces a la hora de buscar su integración, de una forma más favorable para sus intereses, en proyectos como el europeo FCAS.
También, una apuesta empresarial para dotar a Saab de la capacidad de diseño y obtención de futuras plataformas aéreas, sensores y hasta armas que puedan producir para las propias necesidades de Suecia pero sobre todo para intentar obtener los réditos positivos de su venta a países amigos y aliados o a aquellos que consideren que si pueden comprar lo que les proponen. (Octavio Díez Cámara)