José María Navarro
El misterioso helicóptero de Abbottabad (1ª parte) .La operación llevada a cabo la madrugada entre el 1 y el 2 de mayo por fuerzas especiales estadounidenses en Abbottabad (Paquistán) tuvo el éxito esperado: acabar con Osaba bin Laden. Sin embargo, las imágenes de los restos de un helicóptero accidentado durante la misión han servido para destapar la presencia de un aparato no conocido hasta la fecha.
La misión fue llevada a cabo por el Grupo de Desarrollo de Guerra Naval Especial de la US Navy, o Naval Special Warfare Development Group (DEVGRU), conocido todavía por su antiguo nombre SEAL Team Six. Los SEAL fueron infiltrados y exfiltrados por el 160th Special Operations Aviaton Regiment (Airborne), o SOAR. En Paquistán, las noticias de la mañana siguiente hablaban de un helicóptero del Ejército paquistaní que volaba bajo y luego se estrelló en Abbottabad, provocando fuego en dos viviendas cercanas, la muerte de una persona y otras dos heridas.
La hora coincidiría, puesto que se refería a las 01:20 como momento del accidente y los helicópteros que llevaban a los SEAL llegaron a las 01:00 AM del martes, hora local. Más tarde, fuentes estadounidenses desvelaban la operación e informaban de que el helicóptero era un Black Hawk, que durante la misión habría caído por un fallo mecánico y posteriormente fue destruido por su tripulación.
El director de la CIA, Leon Panetta, se refirió en su primera aparición a los helicópteros empleados como dos Black Hawk y cifraba en 25 el número de soldados transportados por ambos. Si el segundo tuvo que recoger a todo el equipo SEAL y el cuerpo de Osama bin Laden, la cosa comenzaba a no cuadrar, porque dos aparatos de este tipo pueden a duras penas transportar a 25 comandos con sus equipos listos para el combate y menos aún hacerlo una única aeronave. Surgía pronto la teoría de que más de dos helicópteros participaron en la operación, probablemente cuatro.
Muchas dudas desaparecieron cuando el 17 de mayo se desvelaban más detalles, que confirmaban que el número de helicópteros era superior al inicialmente anunciado: cinco habrían despegado de Jalalabad (Afganistán). Concretamente, tres Chinook (con 24 SEAL de refuerzo a bordo), que habrían aterrizado en un punto que quedaría todavía a una tercera parte de la distancia hasta Abbottabad, y dos Black Hawk con 23 SEAL, un intérprete y un perro adiestrado llamado Cairo (¿serían estos los 25 comandos a los que inicialmente se refirieron?). Diecinueve Seals entraron en el complejo y tres de ellos habrían comenzado la búsqueda de Osama bin Laden dentro del edificio (es probable que los otros cuatro quedaran formando duplas observador-tirador en los helicópteros).
Estos nuevos detalles revelaron que el plan inicial era hacer descender dos equipos SEAL, uno hasta el techo y otro al suelo, mediante fast rope, operación que no debía tomar más de dos minutos y tras la que los helicópteros permanecerían a corta distancia. Los planes se fueron al traste una vez que se estrelló el helicóptero y el factor sorpresa desapareció. En lugar de esto, los comandos iniciaron la búsqueda desde la planta baja y subieron plantas una a una, hasta el nivel superior donde se encontraba Osama bin Laden.
También se reveló oficialmente que los dos Black Hawk habían sido modificados para reducir el ruido del rotor principal y el de cola y poder así acercarse sigilosamente. Estas transformaciones habrían supuesto un mayor peso, un incremento calculado con precisión para no superar los límites del aparato, más aún teniendo en cuenta las condiciones climáticas de la operación. Según el Pentágono, esa noche hizo un calor mayor de lo esperado, con una atmósfera enrarecida que contribuyó a que uno de los Black Hawk perdiera el control, obligando a su piloto a realizar un aterrizaje de emergencia. Mientras lo hacía, la cola y su rotor chocaron contra uno de los muros de 3,5 m. del complejo.
El piloto habría clavado el morro del helicóptero contra el suelo para evitar que volcara, permitiendo a los SEAL abandonar el aparato. Si localizar a bin Laden tomó quince minutos, los veintitrés siguientes fueron empleados en destruir el helicóptero accidentado, para que no quedara el menor rastro de una aeronave cuya presencia había pasado desapercibida hasta ahora y que posiblemente recibió en esta misión su bautismo de fuego. Después de esto, uno de los Chinook que permanecía a la espera recogió el cuerpo de Osama bin Laden, a la tripulación del helicóptero caído y las pruebas incautadas, retornando la unidad a la base de Bagram en Afganistán.
Análisis del material fotográfico
Al día siguiente de la operación pudimos ver fotos de lo que parecen los restos de un helicóptero que habría caído a tierra y posteriormente se habría incendiado. Sin embargo, se podía identificar intacta la parte posterior, el conjunto formado por el timón de cola, el estabilizador horizontal y el rotor antipar. Pronto las tropas paquistaníes se preocuparon de tapar los restos para evitar miradas curiosas, pero ¿por qué cubrir los restos de un helicóptero? Pues porque estas fotos ya dejaban entrever que no se trataba de un Black Hawk convencional.
Puede que la sección de cola, la única que ha quedado en aceptable estado, se salvara por quedar tras el muro contra el que posiblemente chocó el aparato en su caída. En las fotos del rotor de cola se aprecia que tiene al menos cinco palas, en lugar de las cuatro habituales, supuestamente para poder funcionar a menor velocidad y, por tanto, ser más silencioso. En el centro tiene una especie de escudo o disco, posiblemente para desviar el flujo de aire y eliminar turbulencias del rotor, aunque, dependiendo del material, también podría contribuir a reducir la firma térmica del mismo. La parte del fuselaje posterior que se salvó tiene un acabado liso sin remaches y con un estabilizador horizontal simétrico longitudinalmente y con ligera flecha negativa. La pintura de acabado metálico (parecida a la aplicada en ciertas partes del avión de combate F-22) sugiere tratamiento furtivo (stealth).
Asimismo, en las fotos se ve claramente que no se trata del timón de un MH-60 convencional, puesto que la parte final del fuselaje, bajo el estabilizador, está conificada, con un diseño muy suavizado, a diferencia del aparato original (las fotos en las que los restos son izados con una grúa pudieron confundir sobre la posición normal en el fuselaje). La parte conificada sería un carenado de cola de la parte baja del timón y con el estabilizador horizontal al mismo nivel del fuselaje y el rotor de cola elevado, a semejanza del Black Hawk. Esto sugiere que se trata de un helicóptero de este tipo modificado.
De la parte principal del helicóptero, la que estaría formada por el fuselaje, la cabina, rotor principal y motores, no quedan más que restos calcinados. En las fotografías se aprecia que los intentos por destruir el aparato fueron exitosos, puesto que no queda casi nada reconocible, aunque pueden distinguirse parte de los mecanismos del rotor principal, que guardarían un gran parecido con los del MH-60 Pave Hawk. El hecho de que la mayoría del fuselaje desapareciera por acción del fuego hace suponer que este empleaba composites, lo que explicaría también la ausencia de los remaches usados habitualmente para unir las partes metálicas.
En el Black Hawk convencional sólo se hace uso de materiales compuestos en determinadas partes, como las tapas del motor o de la unidad de potencia auxiliar o las palas de los rotores. El revestimiento de lo que queda del aparato es liso y recuerda a los helicópteros Cayuse de los ochenta, tratándose posiblemente de pintura capaz de absorber parte de la firma infrarroja. Es probable que el helicóptero también tuviera un recubrimiento en el parabrisas de la cabina. En las fotos no encontramos restos que podamos identificar con los motores, lo que nos hace preguntarnos si pudo la explosión y el posterior incendio destruirlos totalmente.
Es muy poco probable que fueran retirados de la escena por los SEAL o el Ejército paquistaní, pero sí que se emplearan explosivos incendiarios del tipo granadas termita, que provocarían temperaturas muy elevadas, pero desconocemos si lo suficiente como para destruir las partes más resistentes del motor GE T700. Una foto muestra una pieza de metal recuperada por un periodista británico, que tiene grabada en una primera línea SCFV12A107-3, luego en una segunda REV y después 6-25-09, que podrían corresponder a un número de serie y una fecha de fabricación.
Análisis del accidente
No podemos saber las causas exactas del accidente, aunque la versión oficial hable de problema mecánico y factores atmosféricos. Descartando que fuera abatido por los terroristas, si tenemos en cuenta la escasa resistencia que presentaron al asalto, tres factores podrían haber participado en el desenlace: un exceso de peso del aparato, un calor excesivo que habría afectado a la atmósfera de la zona y la presencia de los enormes muros del complejo, que podrían haber modificado el curso normal de los flujos de aire durante la operación de los helicópteros.
Si en el asalto tomaron parte dos aparatos, pudo darse el caso de que uno se mantuviera proporcionando fuego de supresión cerca de las tropas desplegadas, en caso de que fuera necesario, mientras el otro se mantenía cerca. En una situación así, no podemos desestimar la probabilidad de que se viera perjudicado por las turbulencias generadas por otro de los helicópteros o que una de estas turbulencias proyectada sobre la tierra disparara algún trozo de metal de la zona, que, tras ser ingerido por alguno de los motores, terminara provocando un malfuncionamiento.
Las imágenes del complejo dejan claro que no había demasiado sitio para que los aparatos maniobraran al mismo tiempo. Sin embargo, se ha publicado que una copia fue construida en Afganistán para que se pudieran realizar simulaciones de la operación en un entorno lo más real posible. Podría haberse subestimado el efecto que unos muros tan altos y próximos pueden tener sobre la maniobrabilidad, al producir un fenómeno de turbulencias denominado settling with power, que ocurre cuando el helicóptero desciende demasiado deprisa por una pérdida de sustentación de su rotor principal. Algo así podría provocar la caída a tierra del aparato y, aunque la sacudida sería considerable, no volcaría, pese a que el timón habría quedado al otro lado del muro.
En caso que el rotor principal hubiera tocado tierra, el resultado habría sido mucho peor para la tripulación. Por último, no podemos descartar el fallo humano. Las operaciones del 160th SOAR son desarrolladas principalmente de noche, usando navegación instrumental y gafas de visión nocturna. La pérdida de percepción espacial que se produce a menudo usando este tipo de gafas podría haber provocado que el piloto del helicóptero calculara mal su posición al aterrizar en el complejo o la distancia al muro, chocando el timón contra este.
Candidatos
Hay una serie de características destacadas que hemos apreciado y que nos servirán para identificar el aparato, del que existen ya numerosas denominaciones extraoficiales (Stealth Hawk, Silent Hawk o MH-60 X). Estas son el diseño del timón, del rotor antipar, el empleo de una cobertura de material, posiblemente antirradiación o pintura especial en el fuselaje, y, aunque no la hemos citado aun, el posible empleo de módulos RAM (Radar-Absorbent Material), absorbentes de las ondas de radar. Nos encontramos con tres opciones principales, que son un helicóptero convencional que sufrió un accidente y quedó irreconocible, un Black Hawk modificado para disminuir su detectabilidad y por último, un helicóptero de nuevo diseño.
En primer lugar, tenemos que descartar que se trate de un helicóptero convencional. El UH-60 tiene un estabilizador horizontal lleno de remaches, mientras que el abandonado en Paquistán es mucho menor, tiene una terminación suave y con ligera flecha negativa. De ser un Black Hawk, por el perfil de la misión podría tratarse de un MH-60L o DAP (Direct Action Penetrator) o uno de los nuevos MH-60M recibidos por el 160th SOAR en febrero. Sin embargo, no queda rastro de armamento, ni de las semialas del kit ESSS (External Stores Support System), amén de las diferencias ya mencionadas.
El timón que muestran las fotos tiene un aspecto parecido al del Sikorsky S-92, lo que también hizo sospechar si podría tratarse de una versión de este aparato. El S-92 puede transportar 24 pasajeros, tiene un portón que facilita el descenso mediante fast rope y ofrece más alcance que un UH-60, aunque su longitud total es menor. Además, su versión civil es uno de los helicópteros más silenciosos del mercado, sobre todo por el diseño de su rotor principal. El timón de cola es de un solo estabilizador horizontal. Sin embargo, las fotos muestran un estabilizador con dos superficies, simétricas respecto al eje longitudinal.
Ha sido ofrecido en varias ocasiones en configuración de búsqueda y salvamento, o SAR (Search and Rescue) o para operaciones especiales, por lo que este helicóptero con modificaciones específicas podría ser idóneo para esta misión. En enero de este año conocíamos que Sikorsky había suministrado a la empresa AAR dos S-92 (posiblemente derivados de la versión canadiense CH-148 Cyclone) para evaluarlos en Afganistán, como forma de mejorar las expectativas de venta en el sector militar. Aunque se han vendido 192 ejemplares de la versión civil, en el área militar la comercialización no va tan bien y las entregas del Cyclone desarrollado para Canadá se están demorando.
Tras lo visto, la opción de un Black Hawk transformado resulta la más probable. La información recabada nos da la idea de que se trata de un helicóptero basado en el diseño principal de la familia UH-60 con importantes modificaciones, principalmente, un fuselaje de diferente forma y fabricado con materiales compuestos. El rotor de cola no es revolucionario, de hecho existen modelos con rotores de cola de varias palas y tapa redonda (por ejemplo, el rotor principal del S-92). Uno de los diseños planteados, recogido en una ilustración que nos ha remitido el periodista italiano David Cenciotti, muestra un fuselaje estilizado con tren de aterrizaje retráctil. Esto puede proporcionar una ventaja desde el punto de vista de la detectabilidad al radar, pero se ha demostrado que los fijos (como los del Apache) disponen de una mayor resistencia en caso de aterrizaje forzoso.
Algunas fuentes han mencionado que para reducir la detectabilidad del UH-60 se habría renunciado a instalarle la sonda frontal de reaprovisionamiento en vuelo, lo que tiene implicaciones importantes en el perfil de la misión en términos de alcance. La autonomía está en torno a 368 millas sin los tanques de combustible externos del ESSS (que también darían al traste con la indetectabilidad), que se suspenden de las semialas que se instalan en las versiones UH-60 DAP. Aunando todas estas características, podemos imaginar un helicóptero más sigiloso de lo habitual, no invisible o totalmente silencioso, lo que es imposible, pero más difícil de detectar por los radares en banda X o banda Ku y con menos emisiones de ruido.
Queda como más probable una modificación del UH-60, probablemente de un MH-60, e incluso podemos recordar que Leon Panetta se refirió a los dos helicópteros Black Hawk que tomaron parte en la misión y que la versión del 17 de mayo ya hablaba de estos modificados. Como anécdota, el presidente Obama habló del aparato destruido como un helicóptero de 60 millones de dólares, cuando según el propio Departamento de Defensa un Black Hawk convencional no supera los 20.
La idea de un helicóptero de nuevo diseño, posiblemente salido de genios como los Skunk Works de Lockheed Martin, resulta muy excitante, pero cobra peso la opción del rediseño de un Black Hawk, un helicóptero con más de treinta años de servicio, pero que, tras innumerables mejoras y dado el éxito de la misión, cumplió con lo que de él se esperaba. Las modificaciones que se puedan realizar a un aparato en servicio durante tanto tiempo pueden tener éxito, pero si lo que se desea es disponer de una plataforma de inserción ultra-invisible e indetectable al radar, no queda más remedio que poner en marcha un programa nuevo desde cero e invertir cantidades ingentes de recursos, un proyecto al estilo de la CIA y las operaciones encubiertas de la Guerra Fría.
En la segunda parte del artículo analizaremos la furtivilidad en los helicópteros y rastrearemos los orígenes del programa.
Nota del autor: En memoria de Jorge Aspizua Turrión, analista de defensa fallecido el 7 de junio en Madrid tras una larga enfermedad, que no le impidió compartir sus enormes conocimientos en persona y a través de su Harka. DEP.
PIES DE FOTOS:
“Fast rope” desde un MH-60 (foto US Navy).
El rotor del S-92 tiene un disco como el del rotor e cola del helicóptero siniestrado (foto Sikorsky).
La foto de la polémica muestra el timón tras el muro contra el que chocó el helicóptero.
Primer plano del estabilizador horizontal.
Interpretación libre del “Silent Hawk”.
El presidente Obama rodeado de la cúpula del gobierno y del Departamento de Defensa siguiendo la misión (foto US DoD).
Detalle del cubo del rotor principal localizado entre los restos.