(defensa.com) Rusia ha zanjado definitivamente la controversia sobre el suministro a Damasco del sistema de misiles antiaéreos S-300. Durante los últimos años se especuló con la llegada de este sistema a Siria entre finales de este año y principios de 2015, sin embargo finalmente Moscú ha optado por no cumplir con el contrato.Así ha sido confirmado por representantes del ejército ruso citados por RIA Novosti, que han explicado que los S-300 serán “destruidos”, fruto de una decisión tomada “al máximo nivel político”.
Estas mismas fuentes también explicaron que la opción de entregar este armamento a otro cliente era “poco probable”. El contrato había quedado paralizado en septiembre de 2013 a raíz de las sanciones impuestas por la ONU al país, aunque previamente sí se habrían entregado algunos componentes del S-300 que sí habrían llegado a Damasco, según indicó el propio Vladimir Putin. El momento de mayor preocupación entre los principales países occidentales por la adquisición tuvo lugar en verano del año pasado, cuando surgió con fuerza la posibilidad de que los aliados impusiesen una zona de exclusión aérea sobre Siria, que con la llegada del sistema habría puesto en peligro a las aeronaves que pudieran tomar parte de esta hipotética operación.
De manera similar a este caso, Rusia también tuvo que suspender un contrato firmado en 2007 para el suministro de hasta cinco sistemas S-300 rusos a Teherán. Las sanciones impuestas por las Naciones Unidas a la República Islámica por los avances en sus programa nuclear llevaron en 2010 al entonces presidente ruso, Dmitri Medvédev, a cancelar esta transacción, valorada en unos 800 millones de dólares.
A pesar de que la información sobre este polémico acuerdo jamás fue divulgada oficialmente, se estima que el contrato podía estar valorado en unos 900 millones de dólares por la entrega de cuatro baterías de misiles de S-300 y hasta 144 proyectiles. (J. Martínez)