El número de sistemas robóticos terrestres (UGV, Unmanned Ground Vehicles) es creciente, son diseños que están siendo adaptados para desarrollar eficientemente, y de forma autónoma, cometidos especialmente peligrosos.
En la feria Army 24 conocimos es el designado Impulse-KPTM, que produce una pequeña compañía de Rusia especializada en el desarrollo de sistemas robóticos terrestres de diferente tamaño adaptados para llevar a cabo diferentes misiones. En el caso que nos ocupa, se le ha adaptado para actuar como minador autónomo.
Se trata de un rol en el que se emplearían como elemento que progresaría en la avanzada propia, diseminando minas para crear zonas de paso difícil por las que el adversario no pudiese moverse de forma diligente. Los campos tendidos por este minador, con artefactos como los KPOM-3, KPTM-3 y KPTM-4, podrían ser aprovechados, por el conocimiento propio, para desarrollar los movimientos en avance o retroceso de forma más controlada y eficiente.
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En la parte superior del chasis que le da movilidad se instalan los lanzadores de minas que se encargarán de diseminar los artefactos y crear una zona minada. (Octavio Díez Cámara)
Básicamente, este UGV, equipado en configuraciones que pueden incluir una treintena de lanzadores de minas antipersonal -el de las imágenes que acompañan esta noticia- o ser provisto con otros más contundentes que alojen minas contracarro, se moverá hasta un determinado lugar y allí lanzará sus minas. El Impulse-KPTM podrá moverse arrastrando, gracias a un gancho situado en la parte posterior, un remolque habilitado para situar más minas y recargarlo cuando sea pertinente.
Sus características generales incluyen una barcaza compacta con dos orugas de goma que trabajan en conjunción con un tren de rodaje de materiales compuestos que le permiten moverse por todo tipo de terrenos con suficiente agilidad. La parte superior, puede habilitarse, como es el caso que nos ocupa para conformar un sistema autónomo minador.
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El Impulse-KPTM es un ingenio que puede dar mucho juego en entornos de combate convencional donde las minas se conviertan en un recurso eficiente en la lucha. (Octavio Díez Cámara)
Este UGV se alimenta con baterías y puede desarrollar, gracias a sus motores de 20 kilovatios, una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora y moverse por pendientes de hasta 25 grados. Tiene autonomía suficiente para 4 horas de trabajo y es capaz, gracias a sus equipos de recepción y transmisión que incluyen imagen video, de moverse a distancias de hasta 1.000 metros de donde se encuentre quien lo maneja; opcionalmente, y en una configuración guiada por cable de fibra óptica, puede conseguirse un canal de control que llegue a alcanzar los 20.000 metros, cifra nada desdeñable para un minador que es muy compacto.
El Impulse-KPTM es un artefacto robótico que pesa 1.350 kilogramos equipado para el combate y que puede ser transportado en un remolque especialmente habilitado que es de fácil arrastre con ingenios como los todoterreno 4x4 de amplio uso en los ejércitos. Puede operar en entornos de -25º a +40º. (Octavio Díez Cámara)
