Los fallos logísticos han sido determinantes en el fracaso del Ejército ruso para la toma de la capital de Ucrania, Kiev, entre sus causas estarían los sabotajes en territorio de Bielorrusia al sistema ferroviario llevados a cabo por los opositores al régimen del presidente Lukashenko.
La noche del 24 de febrero el Ejército ruso invadió Ucrania con cuatro ejes de progresión, en ese momento todo parecía indicar que el principal era el que procedía desde Bielorrusia, que tenía el objetivo de tomar Kiev, un recorrido de apenas 100 km. El ataque, aunque muy duro y masivo, y con el concurso de una operación aerotransportada del 331 Regimiento de Paracaidistas, unidad de élite rusa que sufrió severas bajas, fracasó en su planeamiento inicial.
Muchos pronosticaban la rápida caída de Kiev, se hablaba de que sería la batalla urbana más fiera desde la Segunda Guerra Mundial, pero el Ejército de Rusia se estancó, algo fallaba, más allá de la fiera defensa de los ucranianos, dado que no lograban avanzar y las unidades se quedaban sin combustible y otros suministros. Finalmente, a finales del pasado mes de marzo, el Ejército ruso abandonado casi todo el territorio capturado en esta línea de avance, un fracaso que no se ha producido en los otros tres frentes de avance, al sur y este de Ucrania.
Una de las claves del colapso de la operación contra la capital ucraniana vendría de Bielorrusia. Este Estado satélite del Kremlin, la Corea del Norte europea, es muy cerrado en cuestiones mediáticas, pero a pesar de esto han trascendido noticias de sabotajes de la población civil a las vías de tren, que habrían agravado el manifiesto fallo logístico de Moscú.
Los casos han salido a la luz el pasado mes de marzo por la prohibida organización bielorrusa Viasna Human Rights Centre y, aunque es avalada por Amnistía Internacional, se debe de tener la correspondiente prudencia como fuente. Según la organización, que cita al Ministerio del Interior de Bielorrusia, están detenidos al menos 52 personas de las que 30 son trabajadores de los ferrocarriles del país, acusados de terrorismo por sabotear los movimientos ferroviarios que llevaban suministros al Ejército ruso.
Sabotajes a las líneas férreas
Al inicio de la guerra, el Gobierno ucraniano pidió a los bielorrusos, muchos de los cuales están en contra del Gobierno dictatorial de Lukashenko, que atacasen el sistema ferroviario de su país, lo que definieron como “guerra ferroviaria total”. El enlace ferroviario entre Minsk, capital bielorrusa, y Kiev, e vital para el abastecimiento logístico.
Los métodos de sabotaje varían, desde los más toscos (troncos en las vías) a desactivar los sistemas informáticos, de lo cual se acusa a Siarhei Kanavalau, uno de los empleado ferroviarios detenidos, que ahora se enfrenta a una pena de 15 años de cárcel. Los medios de propaganda del gobierno bielorruso reconocieron hace unos días el problema, acusando a los participantes de terroristas y extremistas.
Cabe destacar que en las redes hay videos de los acusados reconociendo su autoría, todos con evidentes signos de palizas. Según las fuentes de la oposición, incluso antes de la invasión de Ucrania, ya se dieron casos de civiles bielorrusos que pusieron pinchos en las carreteras de la zona para dañar las ruedas de los vehículos de las Fuerzas Armadas de Putin.
Entre los antecedentes estaría la llamada Revolución de las Zapatillas de 2020, durante la cual miles de manifestantes protestaron contra el fraude electoral, que revalido en el poder a Lukashenko. Se estima que al menos 200 bielorrusos descontentos con su Gobierno y con el de Putin se han unido al ejército ucraniano. (Julio Maíz Sanz)
Fotografía: Tren transportando carros de combate rusos.
