La orden del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (Orden HAP/1169/2016, de 14 de julio, por la que se regulan las operaciones de cierre del ejercicio 2016 relativas al presupuesto de gastos y operaciones no presupuestarias), adelanta los plazos de tramitación de las operaciones ante la necesidad de hacer efectivos los compromisos adquiridos con la Comisión Europea para asegurar el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria. Si bien es cierto que las consecuencias desfavorables que podrían derivarse en caso de incumplimiento hacen necesaria la adopción de medidas que permitan satisfacer las recomendaciones europeas, en la práctica esta decisión afecta muy negativamente al sector de la Defensa, teniendo en cuenta la dinámica de la ejecución de gasto del Ministerio de Defensa.
La primera consecuencia inmediata es un parón en la nueva contratación. Esto significa un problema muy grave para las compañías del sector, especialmente las pymes, porque la adjudicación de expedientes se realiza, por lo general, en el segundo semestre de año para llegar a tiempo a las entregas. Por el contrario, no se ven afectadas las grandes compañías, porque éstas dependen más de la dinámica de los créditos extraordinarios anuales de los programas especiales de armamento (PEA), y tampoco lo va a sufrir la partida 650 de los presupuestos regulares. Las pymes necesitan para su actividad hacerse con un acopio de material, necesario para contratar y entregar a fin de año, con el riesgo empresarial que supone. Esta situación, sumado a la compleja inercia del sector, hace que las inversiones de acopio de material dependan del pulmón financiero de unas empresas que no disponen de mucho margen de maniobra.
En segundo lugar, el parón en la contratación se va a manifestar de forma directa en todo lo que afecta a las operaciones de mantenimiento de la paz. Los contingentes en el exterior generan gastos y consumo logístico, y muchas empresas dependen de esta actividad que en su día fue planificada y aprobada por motivos de política exterior y de seguridad. Además, al responder a compromisos internacionales, el desprestigio de España podría convertirse en una realidad, justo cuanto forma parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como miembro no permanente.
Es necesario tomar todas las decisiones adecuadas para poder salvaguardar el ámbito de las operaciones de mantenimiento de la paz y lograr reducir el impacto de los ajustes financieros. El Consejo de Ministros del próximo viernes puede ser el momento decisivo para poder abordar estas dos cuestiones planteadas. (Gabriel Cortina, Director ARTICULO 30, www.articulo30.org)