Cuando las tropas rusas penetraron en Ucrania en febrero del 2022 las imágenes (fotografías y videos) mostraban una gran cantidad de material ruso (tanques serie T así como BTR y BMP de diversos modelos) destruido o seriamente dañado. La ofensiva de Kiev actualmente en curso nos está dejando imágenes parecidas pero, en esta ocasión, muestran como las fuerzas ucranianas están sufriendo la perdida de una gran cantidad de material de muy diversa tipología y procedencia: carros de combate como el Leopard o el AMX-10; vehículos de combate como el Bradley, el MAXX Pro o el Spartan, transportes blindados como los Humvee o Saxon, piezas de artillería M777 o Krab, sistemas antiaéreos como el S-300 Favorit, el Stormer HVM Starstreak o el Guepard y así un largo etcétera…
En ambos casos los responsables de la destrucción de una buena parte de este material, incluyendo un significativo número de vehículos acorazados, han sido los drones. En febrero de 2022 los ucranianos tenían una notable superioridad pues anticiparon las grandes posibilidades de empleo de los denominados UAV (Unmaned Aerial Vehicles) o vehículos aéreos no tripulados. Las fuerzas de Kiev disponían de una variada panoplia de UAVs, alguno de fabricación propia como el Aerorozvidka R18 y otros de procedencia foránea, entre ellos el Bayraktar TB2 (Turquía), el Switchblade 300 (Estados Unidos) o las adaptaciones de la serie DJ Mavic (China).
El Lancet en su presentación oficial en la Feria Internacional de Técnica Militar 2019.
Aunque en el espacio UAV la ventaja inicial fue ucraniana, Moscú reaccionó pronta y contundentemente prestando una especial atención al desarrollo y producción de drones. Rusia ha hecho en el último año un muy importante esfuerzo para mejorar las distintas potencialidades de estas armas, consiguiendo grandes avances en los sistemas de control y guiado, en las medidas y contramedidas electrónicas, en la vigilancia del campo de batalla y en los denominados drones suicidas o kamikaze. En el momento presente, el Lancet se ha convertido en la joya de la corona, ganando fama como el más eficaz y temido dron en el campo de batalla.
Lancet, el temido dron ruso
El Lancet es un dron suicida (munición merodeadora) desarrollado por ZALA Aero Group, encuadrada en la corporación Kalashnikov. La conducción del aparato en fase de aproximación se realiza mediante guiado inercial GLONASS; cuando el dron se encuentra en las cercanías del objetivo se activa el sistema de pilotaje remoto electro-óptico. El sistema electro-óptico transmite imágenes en tiempo real que permiten identificar los posibles objetivos y conducir el arma hasta el blanco seleccionado incluso aunque éste se encuentre en movimiento.
El Lancet tiene varias versiones, la Izdeliye 51 con una autonomía de sesenta minutos y una carga explosiva de cinco kilogramos y la Izdeliye 52, una opción más ligera con una autonomía de cuarenta minutos y una carga de tres kilogramos. Esta última versión (Lancet I52) es la más empleada a nivel táctico y, según parece, a pesar de que su carga explosiva es relativamente pequeña, puede poner fuera de combate a todo tipo de objetivos, incluyendo los tanques más modernos e incluso buques de pequeño porte.
Imagen congelada de la cámara de un Lancet en su trayectoria final hacia un blindado Guepard de defensa antiaérea.
Actualmente, Rusia está haciendo un intensivo uso propagandístico de estos furtivos aparatos. Según Moscú los drones y muy en particular los Lancet están contribuyendo decisivamente al fracaso de la ofensiva ucraniana. El pasado 10 de junio, el Ministerio de Defensa ruso anunció a bombo y platillo la destrucción del primer tanque Leopard 2A6 difundiendo una grabación donde se muestra como un Lancet I52 impacta en el lateral de uno de estos carros de combate (ver video 1: enlace a pie de artículo).
Unos días más tarde se difundió otro video donde se ofrece una recopilación con más de cincuenta filmaciones donde los insidiosos drones neutralizan una gran variedad de objetivos (ver video 2: enlace a pie de artículo). Según las fuentes oficiales rusas – a las que, al igual que las ucranianas, conviene someter a prudente cuarentena – los Lancet habrían destruido más de 300 objetivos de alto valor desde el inicio de la eufemísticamente denominada Operación Militar Especial.
Imagen congelada del impacto de un Lancet sobre un patrullero clase Gyurza-M de la fuerza naval ucraniana.
Dronética
Finalmente, en relación con el controvertido y polémico campo del empleo ético de las armas, hemos de efectuar una consideración que, aunque puede parecer cruda y contradictoria, no por ello podemos dejar de hacerla. Los drones, por manejarse a distancia mediante control remoto, son percibidos como artefactos ominosos, aún más desalmados que los demás sistemas de armas.
Sin embargo un análisis más profundo y sosegado nos puede llevar a una conclusión algo distinta. En primer lugar, el dron alcanza su objetivo con notable precisión minimizando los errores y los posibles daños colaterales, cosa que no pueden hacer otros tipos de proyectiles (artillería, tanques, cohetes contracarro…).
En segundo lugar, el dron avisa de su llegada dando al personal un cierto tiempo de reacción que, en muchas ocasiones, permite ponerse a salvo. En muchos de los videos se puede comprobar como los tripulantes de los vehículos y los sirvientes las piezas de artillería, lanzadores antiaéreos, estaciones de radar, etcétera, advierten la presencia del UAV (visualmente o por el ruido del motor) con unos segundos de antelación lo que les permite poner tierra de por medio y salvar sus vidas. En definitiva, un dron es un arma – como todas – terrible, pero no lo es más que otras de similar capacidad destructiva.