Según la prensa canadiense, el Gobierno ha elegido finalmente al C295W de Airbus Defence and Space, aliada con la canadiense Provincial Aerospace (AirPro), en el millonario contrato FWSAR (FixedWing Search and Rescue) para la adquisición de aviones de búsqueda y rescate con los que reemplazar los vetustos C115 Buffalos y algunos C130 Hercules con más 30 años de servicio. El anuncio se haría oficial este mismo jueves, 8 de diciembre.
Tras retirar Lockheed Martin su propuesta basada en el C130J Hercules, el C295W competía con el italiano C-27J Spartan, en alianza con General Dynamics Canadá/DRS Technologies. A mediados del pasado mes de enero se cerraba el plazo de presentación de ofertas para este programa, valorado en 3.100 millones de dólares, monto que comprende tanto la adquisición de las aeronaves, en torno a 15 aparatos, como su mantenimiento y soporte durante 20 años.
Los C295W estarán propulsados por motores de Pratt and Whitney Canada y la división de CAE en Montreal proveerá los simuladores para el entrenamiento de los pilotos. El programa FWSAR canadiense se ha venido demorando durante más de dos lustros. Se inició en 2004, cuando recibió 1.300 millones de dólares, contemplándose que los aviones comenzaran a llegar en 2006. La sustitución de los Buffalos se presentaba urgente por el cercano final de su vida operativa. En junio de 2014 se llegó a plantear el que Canadá iba a adquirir 17 aviones C-27J Spartan para este programa procedentes de los stocks de la Fuerza Aérea estadounidense, que había dado de baja y almacenado los 21 aviones recibidos dentro del programa Joint Cargo Aircaft que fue cancelado. Por entonces Airbus Defence and Space había firmado un acuerdo de colaboración con la empresa canadiense Provincial Aerospace (PAL) para el apoyo al C295 en el caso de que fuera seleccionado.
La línea final de producción de los aviones de transporte medios C295, se ubica en Sevilla, y, como anunciamos hace unas semanas, está finalizando un proceso de actualización que se traducirá en un ahorro de casi un 10% en el número de horas totales incurridas en la construcción de cada avión. Ello permitirá dotar a la línea de una alta flexibilidad ante la fluctuación de la demanda. El takt time de cada fase de construcción se reducirá a ocho días, por lo que, dado que se requieren ocho fases, en unos 50 días se podrá completar un avión.