(defensa.com) Durante el pasado martes, Estados Unidos retaba a China con el vuelo de entrenamiento rutinario de dos bombarderos estratégicos B-52 en el mar de China Oriental, después de la creación por parte de Pekín de una nueva “Zona de Identificación de Defensa Aérea” (en sus siglas en inglés se denomina ADIZ) el pasado fin de semana, con la que ampliaba su zona de defensa aérea, abarcando a las disputadas islas Senkaku.
Las maniobras norteamericanas respondían al nuevo intento chino sobre la soberanía del archipiélago, propiedad de Japón desde 1971. Es un paso más en este histórico contencioso, que ahora deja la zona de influencia china superpuesta con la zona de defensa aérea nipona y surcoreana. Nada más conocerse la negativa de Japón a acatar la decisión de China, la prensa informaba de las advertencias de la Fuerza Aérea china, que avisaba que se derribaría cualquier aeronave extranjera que entrase a este espacio aéreo sin haber realizado ningún tipo de advertencia previa.
EEUU respondió como principal aliado de Japón enviando los B-52, que sobrevolaron la zona en una misión de entrenamiento desde la base aérea norteamericana de la isla de Guam. Chuck Hagel emitió un comunicado en el que se expresaba la “preocupación” por esta nueva zona de defensa aérea en un “intento de alterar al status quo en la región” por parte de Pekín. El secretario de Defensa confirmó que EEUU seguirá firme en lo que respecta a los compromisos adquiridos con el aliado japonés. Aun así, Washington explicó que los vuelos estaban planificados con antelación y que seguirán realizándose porque se considera a la zona como parte del espacio aéreo internacional.
La última vez que se incrementó la tensión a raíz de las incursiones chinas sobre el archipiélago fue durante el mes de septiembre, después de que un avión no tripulado sobrevolase la zona junto a cazas chinos en los límites fronterizos, hecho que se ha convertido en un habitual en los últimos meses, sobre todo desde que en 2012 Japón nacionalizase tres de las cuatro islas del archipiélago en disputa. Durante el pasado mes de octubre, y con el fin de ejercer un mayor control en la zona, Tokio llegó a un acuerdo con EEUU para la adquisición de UAVs “Global Hawk” para su despliegue en bases aéreas niponas en la primavera de 2014.