“Las tres brigadas han destacado en combate en la zona de Bajmut”. Estas eran las palabras que Zelenski pronunciaba en su tradicional discurso a la nación el pasado 12 de septiembre, más adelante añadía que se habían registrado “acciones exitosas” aunque no dio más detalles sobre su factura y alcance.
Bajmut, tras varios meses de duros combates, cayó en manos de PMC Wagner a finales del mes de mayo. Kiev negó la mayor afirmando que todavía controlaba algunos distritos y que en breve recuperaría el control de la ciudad. Pocos días después, a principios de junio comenzaba la hiper-pregonada contraofensiva cuyo inicio y desenlace parece quedará ligado a las ruinas de Bajmut.
¿Cómo va la contraofensiva?
Pues hay radical división de opiniones. Hay análisis muy negativos, como la del prestigioso profesor de ciencia política John Mearsheimer sobre el que no profundizaremos por haberle dedicado un anterior artículo : “La contraofensiva ucraniana 2023: condenada al fracaso”. Pero también es cierto que hay opiniones más optimistas, como la del Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, que el 7 de septiembre hacía estas declaraciones: “Los ucranianos (...) están haciendo progresos. Quizás no tanto como esperábamos, pero están ganando terreno gradualmente, unos 100 metros al día, lo que significa que, cuando los ucranianos ganan terreno, los rusos lo pierden”.
No nos decantaremos ni por una ni por otra visión, quedando a libertad y criterio del lector adherirse al pesimismo de Mearsheimer o a los cien metros diarios de Stoltenberg.
En la línea del optimismo, tal vez por razón del cargo, viene expresándose la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, que informa con entusiasmo y celeridad, a veces con demasiada como ahora veremos, sobre cualquier progreso por pequeño que este sea. Así, hace tres días anunciaba: "Nuestras tropas avanzan por el flanco sur alrededor de Bajmut. Hasta ahora, se han liberado tres kilómetros cuadrados más. En general, podemos hablar de la liberación de 43 kilómetros cuadrados de nuestra tierra en esta dirección".
En esta ocasión se produjo un hecho curioso. Maliar publicó en su cuenta de Telegram que la población de Andriivka (situada al suroeste de Bajmut) había sido liberada. Sin embargo, inmediatamente la 3ª Brigada de Asalto que lleva meses batiéndose con los rusos en este frente desmintió la noticia con un caustico e inusual comunicado: "El anuncio de la liberación de Andriivka es falso y prematuro. Actualmente siguen registrándose duros e intensos combates en Klishchiivka y Andriivka. Estos anuncios son contraproducentes, ponen en peligro la vida del personal y perjudican el desarrollo de las operaciones”.
La viceministra se vio obligada a rectificar su Telegram, retirando su excesivamente precoz aseveración, que fue sustituida por otra mucho más prudente y realista: “la situación en Andriivka es muy compleja y cambiante”.
El caso es que, independientemente de que la contraofensiva vaya bien o mal (que cada cual se apunte a la opinión que más le cuadre o agrade), el centro de gravedad vuelve a estar en Bajmut. Antes del verano, Zelenski se pasó meses vendiendo urbi et orbi el advenimiento de una blitzkrieg a la ucraniana que llevaría al rápido y definitivo colapso de las defensas rusas.
Solo necesitaba y exigía a sus aliados el envío del correspondiente material bélico (principalmente carros de combate, vehículos acorazados y municiones) prometiendo a cambio espectaculares resultados. Sin embargo, la resistencia rusa se ha mostrado más sólida de lo previsto, el mar de Azov, se mire como se mire, sigue muy lejos y el tiempo se acaba (el invierno se antoja cada vez más cercano). La situación por tanto no es tan propicia como el presidente ucraniano anticipaba hace unos meses.
Según las previsiones meteorológicas podrían quedar no más de dos semanas de buen tiempo y después, con las lluvias y el terreno embarrado, cualquier avance será más difícil. Kiev tiene la imperiosa necesidad de obtener algún éxito significativo con el que vindicar, al menos parcialmente, unos resultados que, de momento, andan bastante alejados de los que tan prematuramente se proclamaron.
Zelenski, bajo evidente presión, necesita alguna victoria de impacto que, tanto a nivel interno como externo, sirva para justificar el elevado coste de la contraofensiva. Por ello, a la vista de la situación operativa, al sur estancamiento en Zaporiyia y al norte presión rusa sobre Kupiansk, la única opción posible era el sector centro con órdago en Bajmut.
Sector Bajmut. Situación operativa, actualizada a fecha 15 septiembre 2023.
Órdago en Bajmut
Desde la misma caída de la ciudad en mayo pasado, Kiev se propuso recuperar el enclave atacando sus flancos para intentar cercar a las tropas rusas en su interior. Al principio se consiguieron algunos progresos en ambos flancos pero la situación quedó rápidamente estabilizada. En el flanco noreste los avances fueron mínimos y, en algunos casos, los rusos recuperaron parte del terreno cedido.
Los éxitos más importantes se consiguieron al suroeste, sector asignado a la 3ª Brigada de Asalto, que consiguió el que hasta la fecha se celebra como principal logro de la contraofensiva: recuperar alrededor de 43 kilómetros cuadrados (ver mapa 1).
En este contexto, desde hace unos días, esta zona viene registrando un muy importante recrudecimiento de los combates, aunque hoy por hoy la situación es tan confusa que resulta imposible hacer un balance y menos un pronóstico. Lo que sí parece claro es que Zelenski ha fiado la suerte de la contraofensiva a esta controvertida pero eficaz Brigada (la antigua Azov) en compañía para la ocasión de otras de las más resolutivas y acérrimas unidades del ejército ucraniano.
Para finalizar este artículo nos limitaremos a informar sobre el despliegue y características de estas unidades, siendo imposible hacer análisis de los resultados de unos combates que no han hecho más que empezar. Así, el peso de ésta, que hemos denominado operación “Órdago”, lo llevarán las siguientes unidades: 3ª Brigada Independiente de Asalto, 59 ª Brigada Motorizada y 80ª Brigada de Asalto Aéreo.
La 3ª Brigada Independiente de Asalto “Azov”. Actualmente mandada por el coronel Andriy Biletsky (fundador del batallón Azov), la unidad es suficientemente conocida y por ello no nos extenderemos en demasía (para ampliar información ver artículo: “Brigada Azov, la unidad emblemática del nacionalismo ucraniano reconvertida en 3ª Brigada Independiente de Asalto:ángeles o demonios”).
Simplemente recordar que se trata de la unidad heredera del polémico batallón Azov, creado en 2014 para la guerra en Dombás, acusado de numerosos desmanes y vinculación nacional-socialista, y finalmente reconvertido en 3ª Brigada en noviembre de 2022.
Una columna de TOA (Transporte Oruga Acorazados) M113 de la 3ª Brigada Independiente de Asalto.
La 59ª Brigada Motorizada “Yakov Handziuk”. Al mando del coronel Vadim Zukharesky, se trata de una unidad que, al igual que el batallón Azov, se constituyó en 2014 para acabar con los secesionistas rusos de Lugansk y Donetsk. Se formó a partir de unidades de voluntarios nacionalistas ucranianos de la oblast de Haisyn (al sur de Kiev), combatientes muy motivados y profundamente anti-rusos.
La unidad se trasladó inmediatamente al frente del Dombás para intentar liquidar a las milicias contrarias a la autoridad de Kiev. Desde entonces acumula una larga experiencia en combate. A partir de la invasión rusa en febrero del 2022, esta formación ha estado siempre muy activa, durante los primeros meses en el área de Jersón y a partir de agosto del 2022 en el sector de Bajmut.
La 80ª Brigada de Asalto Aéreo. Al mando del coronel Ihor Skybiuk, es la unidad más antigua de las tres pues su origen data de 1955, fecha de la fundación del 80º Regimiento Paracaidista del Ejército de la URSS. Posteriormente, tras diversas vicisitudes, en el año 2013 adquirió su actual entidad y denominación. A partir del 2014 tomo parte en la guerra de Dombás, durante los primeros meses defendió el aeropuerto de Lugansk pero en septiembre de 2014 los rebeldes rusos consiguieron hacerse con el control de la instalación.
La Brigada tuvo que replegarse hacia el este para seguir combatiendo a los milicianos rusos. A partir de la invasión de febrero de 2022 ha estado operando en el área de Kupiansk hasta que en febrero de 2023 fue trasladada al sector de Bajmut.
El despliegue de estas tres unidades en esta zona de operaciones es, a nuestro juicio, claro indicio de que se va a echar toda la carne en el asador. Si ello es así, en las próximas semanas, o tal vez días, sabremos quién ganó este órdago.